Antiguos aliados de Bouteflika se vuelven en su contra

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ARGEL.- Miles de manifestantes se reunieron en el centro de la capital argelina por cuarto viernes consecutivo, exigiendo un cambio urgente y el fin del gobierno del presidente Abdelaziz Bouteflika, quien ha estado en el poder durante 20 años.

La manifestación es la primera prueba importante de que Bouteflika, de 82 años, no ha calmado la ira en las calles con su anuncio sorpresa del lunes, respecto de que no buscará la reelección y que suspende las elecciones presidenciales del 18 de abril.

«Las opciones para que la autoridad se mantenga en el poder se han vuelto nulas», dijo la estudiante de derecho Kenza Sulaimani durante las manifestaciones, según la agencia de noticias DPA. «No queremos ver a nadie que pertenezca al régimen actual», agregó.

Mientras tanto, el partido gobernante FLN mostró más signos de dar la espalda a Bouteflika, y una figura de alto rango dijo en una entrevista que el presidente de larga data era «historia ahora».

El exportavoz Hocine Kheldoun, quien habló con la emisora Ennahar el jueves por la noche, se convirtió en una de las más altas autoridades de FLN en romper públicamente con Bouteflika, y dijo que el partido tenía que mirar hacia adelante y apoyar los objetivos de los manifestantes.

Un exministro que está familiarizado con el círculo íntimo de Bouteflika afirmó a la agencia de noticias Reuters que el presidente no podría sobrevivir debido a la presión que se ejerce contra él. «Se acabó el juego. Bouteflika no tiene más remedio que renunciar ahora», declaró, bajo condición de anonimato.

Bouteflika inicialmente había provocado alegría entre los manifestantes cuando dijo que no volvería a presentarse, pero su movimiento para cancelar la votación provocó acusaciones de «trucos» y una nueva ronda de manifestaciones.

También nombró a un nuevo primer ministro, reemplazando al impopular Ahmed Ouyahia por el exministro de Interior Noureddine Bedoui, quien el jueves defendió el aplazamiento de las encuestas.

El movimiento de protesta ha sido liderado por estudiantes, en un país donde la mitad de la población es menor de 30 años y el desempleo juvenil ha provocado enojo contra el gobierno.

El ejército, que tradicionalmente ha desempeñado un papel de intermediario de poder tras bambalinas, se ha distanciado de Bouteflika y se ha mantenido en sus cuarteles durante la crisis. Se espera que retenga influencia en todos los escenarios.

Bouteflika, que usa una silla de ruedas y rara vez ha aparecido en público desde que sufrió un derrame cerebral en 2013, ha prometido una «conferencia nacional» para llevar a cabo las reformas. El presidente dijo que las nuevas elecciones se realizarían «antes de fines de 2019», lo que sugiere que podría permanecer en el cargo un año más.