OTTAWA.- Los ministros de Medio Ambiente, Océanos y Energía pertenecientes al G7 realizaron en Canadá una reunión sobre la contaminación de los océanos con plásticos y coincidieron en que se necesita una acción urgente, sin embargo pudieron acordar medidas concretas para combatir el problema.
Solamente la ministra de Canadá aseguró en el mes de junio destinar un total de 29.2 millones de dólares estadounidenses a distintos proyectos que reduzcan la cantidad residuos, iniciativa que fue apoyada por Alemania, Italia, Reino Unido y Francia pero no contó con el visto bueno de Estados Unidos, Japón y cinco de los nueve países invitados, entre ellos Argentina y Sudáfrica.
Al contar con una mayoría de los miembros a favor se esperaban avances durante la reunión de ayer en Ottawan, pero ningún país presentó un proyecto similar al canadiense ni tampoco el resto planteó una solución alternativa para el tema que los preocupa.
Algunas empresas multinacionales, como Unilever, Dow Chemicals y Coca-Cola, apoyaron el plan de Catherine McKenna y se comprometieron a reducir la contaminación con plásticos, pero tampoco establecieron de manera pública objetivos específicos.
Ante la incertidumbre, Canadá empezará por sí mismo y eliminará, paulatinamente hasta el 2030, el 75% del uso de plásticos descartables en las actividades del Gobierno. La intención de este país es obtener apoyos internacionales para que la Convención de Plásticos en el Océano, que establece un marco internacional para detener las emisiones de basura plástica a los océanos, sea aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas.