NUEVA YORK.- Endeavor, una agencia de talentos con sede en Beverly Hills, devolvió un fondo de inversión de 400 millones de dólares a Arabia Saudita y canceló su contrato con el reino por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, informó el New York Times.
El fondo fue otorgado al jefe de la firma, Ariel Emanuel, durante una fiesta de alto perfil en Hollywood la primavera pasada, que reunió al príncipe heredero de la corona saudí, Mohammed bin Salman, al director ejecutivo de Disney, Robert Iger, y al fundador de Amazon, Jeff Bezos, entre otros.
El dinero estaba destinado a financiar el crecimiento de Endeavor y diversificar la economía del reino a través del trabajo de la agencia en varias industrias, incluida la producción deportiva y cinematográfica.
Pero luego del asesinato de Khashoggi, la empresa devolvió el fondo, protestando por el asesinato y terminando efectivamente su relación con Arabia Saudita, según dos fuentes del NYT que tenían conocimiento del acuerdo.
La medida se produjo meses después de que varias compañías internacionales, entre ellas Uber y Goldman Sachs, cancelaran sus planes para asistir a una conferencia de inversión en la capital saudí, Riad, en octubre del año pasado.
También siguió a Richard Branson, fundador del conglomerado británico de medios y tecnología Virgin Group, que suspendió las conversaciones con Arabia Saudita sobre la posible inversión en sus negocios, informó el jornal estadounidense.
Durante una gira por Estados Unidos en la primavera pasada, bin Salman se reunió con varios políticos y líderes empresariales de Estados Unidos, buscando acuerdos para desarrollar el Fondo de Inversión Público de Arabia Saudita y reducir la dependencia del país al petróleo. Durante el viaje, firmó acuerdos con la compañía de cine AMC y el operador de parques de atracciones Six Flags para expandirse en el reino y promover su industria del entretenimiento, informó el NYT.
Khashoggi, columnista del Washington Post y crítico del gobierno de Riad, fue asesinado en el consulado de Arabia Saudita en Estambul el 2 de octubre. Después de semanas de repetidas negaciones de que tuviera algo que ver con su desaparición, el reino finalmente reconoció que sus funcionarios estaban detrás del asesinato. El paradero de sus restos aún se desconoce.
Según los funcionarios turcos, el cuerpo de Khashoggi fue cortado en pedazos, que probablemente se quemaron en un horno al aire libre en el jardín de la residencia del cónsul general, a unos 300 metros de la misión.
La muerte de Khashoggi y el siguiente encubrimiento llevaron al descontento en Washington por el historial de derechos humanos de Arabia Saudita.
El jueves, algunos senadores de Estados Unidos desafiaron al candidato del presidente Donald Trump al cargo de embajador de Estados Unidos en Arabia Saudita, para tomar una línea dura sobre los derechos humanos y otros abusos en el reino. Los senadores acusaron al reino de una letanía de delitos y un senador criticó a bin Salman como «gángster».
El mes pasado, la Cámara de Representantes aprobó una resolución que pondría fin al apoyo de Estados Unidos a la coalición liderada por los saudíes en Yemen, una fuerte reprimenda para Riad.