PARÍS.— Francia inició este lunes una incierta campaña para las elecciones legislativas anticipadas por el presidente Emmanuel Macron, con el objetivo de contrarrestar a una ultraderecha fortalecida, que se presentan como un posible descalabro para su alianza centrista.
Macron sorprendió al adelantar las elecciones apenas una hora después del cierre de los colegios electorales el 9 de junio, tras las elecciones al Parlamento Europeo, donde la ultraderechista Agrupación Nacional (RN) obtuvo el 31,37% de los votos en Francia.
Los primeros sondeos para las legislativas del 30 de junio y 7 de julio muestran un 30% de intención de voto para RN, seguido por la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular (25%) y la alianza centrista de Macron (20%).
Las encuestas reflejan un escenario incierto, con un reequilibrio de los tres bloques surgidos de las elecciones de 2022, lo que podría llevar al presidente, cuyo mandato termina en 2027, a compartir el poder con un gobierno de otro signo político.
Ante la posibilidad de que RN llegue al poder con Jordan Bardella como candidato a primer ministro, decenas de miles de personas se manifestaron el fin de semana y figuras deportivas llamaron a los jóvenes a votar. «Llamo a los jóvenes a ir a votar. Vemos que los extremismos están a las puertas del poder, tenemos la ocasión de decidir el futuro de nuestro país», urgió el domingo el astro Kylian Mbappé desde Alemania, durante la Eurocopa de fútbol.
Con la victoria al alcance, RN busca tranquilizar a los votantes. «No hay que tener miedo. Nuestro partido es como cualquier otro (…) La gente no debe creer que todo va a desmoronarse», dijo su vicepresidente Sébastien Chenu. La líder ultraderechista Marine Le Pen ha moderado la imagen de su partido antimigrantes, alejándolo del antiguo Frente Nacional fundado en 1972 por su padre Jean-Marie Le Pen, conocido por sus comentarios racistas y antisemitas.
Para las elecciones legislativas, Le Pen ha conseguido además el apoyo del presidente de Los Republicanos (LR), Éric Ciotti, cuya propuesta de «alianza» con el RN ha dividido a esta formación histórica.
El temor a un gobierno ultraderechista ha llevado a la oposición de izquierdas a superar sus diferencias y presentarse unida en el Nuevo Frente Popular, que incluye desde socialdemócratas hasta anticapitalistas. Sin embargo, su principal reto es la crisis interna tras la decisión de La Francia Insumisa (LFI) de apartar a cinco diputados críticos con su líder Jean-Luc Mélenchon y apoyar a un allegado condenado por violencia conyugal. Este último, Adrien Quatennens, renunció a su candidatura, mientras que cuatro de los cinco apartados mantuvieron las suyas, recibiendo apoyo de socialistas, comunistas y ecologistas.
La alianza centrista de Macron se posiciona como la alternativa contra los «extremos» (RN y LFI) que, según el primer ministro Gabriel Attal, representarían un riesgo para la economía y el empleo. Para evitar un descalabro electoral, la alianza «Juntos por la República» presentó candidatos en 489 de las 577 circunscripciones y alcanzó pactos puntuales de no agresión con candidatos de LR opuestos a Ciotti. Estos acuerdos incrementan la incertidumbre del resultado a dos semanas de la primera vuelta, que también contará con candidaturas disidentes en la izquierda y 62 candidatos conjuntos de RN con el LR de Ciotti.