CIUDAD DE MÉXICO.- Los intentos de México por acallar las críticas a la recién creada Guardia Nacional recibieron un impulso luego de que la alta comisionada de Naciones Unidos para los DDHH prometió ayudar en su capacitación.
La comisionada Michelle Bachelete dijo que su agencia ofrecerá asistencia técnica para garantizar que la recién creada fuerza de seguridad de México respete los derechos humanos.
“La experiencia nos demuestra que no se puede lograr la seguridad sin pleno respeto a los derechos humanos y que no se pueden disfrutar los derechos humanos sin condiciones de seguridad”, aseveró la expresidenta chilena Bachelet.
Expertos en derechos humanos de la ONU habían criticado las gestiones del presidente Andrés Manuel López Obrador de reformar la Constitución a fin de dar responsabilidades policiales a las Fuerzas Armadas.
En ese sentido, el mandatario accedió a dejar que la Guardia Nacional opere bajo la vigilancia de una autoridad civil en seguridad pública, aunque insiste en que será comandada por un militar en activo.
López Obrador aseveró que nombrará al comandante de la entidad este jueves. Inicialmente estará constituida por policías militares del Ejército y la Marina, además de policías federales, pero ya comenzó con el reclutamiento.
México acaba de cerrar uno de sus años más violentes en las últimas dos décadas. Gobiernos anteriores emplearon al Ejército y a la Marina para combatir a los narcotraficantes en varias partes del país después de determinar que las policías locales eran corruptas.
En consecuencia, se reportaron violaciones de derechos humanos por parte de militares no acostumbrados a desempeñar labores policiales, como por ejemplo torturas o ejecuciones extrajudiciales.
El presidente mexicano asumió la presidencia en diciembre con intención de eliminar a la Policía Federal que, a su parecer, nunca fue eficaz, y reemplazarla con la Guardia Nacional. Para sorpresa de muchos, el mandatario ha elogiado a las Fuerzas Armadas, afirmando que son las únicas que tienen la disciplina y el respeto de la sociedad, necesarios para velar por la seguridad interna del país.
Por su parte, Bachelet eludió las preguntas de la prensa sobre la naturaleza esencialmente militar de la nueva fuerza, cuyos elementos aparentemente recibirán entrenamiento militar y estarán bajo una disciplina castrense.