WASHINGTON.- Este sábado Estados Unidos celebró las fiestas por el Día de la Independencia, marcado por el avance del COVID-19 que no da tregua y un discurso del presidente Donald Trump que alentó las divisiones y la polarización en ese país.
Para Trump cambia el escenario pero no el mensaje, ni la estrategia. Desde el Monte Rushmore el magnate alertó contra “un nuevo fascismo de izquierda” y azuzó guerras culturales.
Al igual que otros eventos nacionales, Trump terminó convirtiendo el Día de la Independencia en un acto más de campaña electoral, y es que a a cuatro meses de una complicada cita en las urnas frente a Joe Biden, el jefe de Estado no puede perder la oportunidad de afianzar a su base política y si es posible tratar de atraer nuevos adeptos, claro, apelando a la polarización y al enemigo invisible.
Ahí va subtitulado un fragmento interesante del discurso de Trump en el monte Rushmore: pic.twitter.com/S4wiHPYru1
— Derroiciones Bilbao (@Javbilbao) July 5, 2020
En su discurso de este sábado Trump sumó nuevos antagonistas a su lista, en la que esta vez apareció además de la “izquierda radical”, los “marxistas, anarquistas, agitadores y saqueadores”, Trump incluyó a otro de sus blancos habituales, los medios de comunicación, a los que acusó de “etiquetar falsa y consistentemente a sus oponentes como racistas que condenan a ciudadanos patriotas”.
“Jamás permitiremos que una turba furiosa derribe nuestras estatuas, borre nuestra historia, adoctrine nuestros niños”, agregó. “Y defenderemos, protegeremos y preservaremos el estilo de vida estadounidense, que comenzó cuando Colón descubrió América”, advirtió el presidente.
Algo que llamó la atención de distintos analistas y líderes de opinión, es que Trump en su discurso no mencionó a los fallecidos por la pandemia, que rozan las 130.000 personas.
De hecho, en medio del llamado de las autoridades sanitarias a los ciudadanos ante el entusiasmo por el 4 de julio a evitar las grandes multitudes, el presidente atrajo a las masas con una “noche especial” de homenaje y fuegos pirotécnicos, en momentos en que preocupan rebrotes de coronavirus.
Lo que sí aseguró el presidente es que Estados Unidos “ha aprendido a apagar la llama” y está cerca de una “victoria tremenda” sobre el coronavirus, y prometió una vacuna mucho antes de que acabe el año, algo que ninguna autoridad o entidad científica ha garantizado.
“Nuestro país está recuperándose, nuestros números de empleo son espectaculares, están pasando muchas cosas que la gente aun no ve”, aseveró Trump para finalizar su discurso. “Estamos camino a una victoria tremenda. Va a pasar y va ser a lo grande. Nuestro país será más grande que nunca antes”.