WASHINGTON.- La Casa Blanca acusó a las fuerzas de seguridad venezolanas de llevar a cabo una campaña de torturas y asesinatos extrajudiciales durante el año pasado de cara a las próximas elecciones presidenciales con el objetivo de “consolidar” en el poder a Nicolás Maduro.
En el informe que presenta anualmente el Departamento de Estado acusa al Gobierno de Venezuela de patrocinar los llamados “colectivos”, una especie de grupos paramilitares que emplean la violencia y la tortura para acallar las voces detractoras del oficialismo.
El documento denuncia: “los asuntos más significativos en cuanto a Derechos Humanos incluyen asesinatos extrajudiciales por parte de las fuerzas de seguridad, incluidos aquellos ejecutados por los “colectivos” patrocinados por el Gobierno y torturas ejercidas por ls fuerzas de seguridad”. Estados Unidos también denunció la falta de independencia que sufre el Poder Judicial en Venezuela.
El informe sostiene que las injerencias del Ejecutivo no se limitan a las ramas del Estado, sino que también afectaron a la sociedad civil y a los medios de comunicación, al proceder a bloquear la emisión de señales de forma “rutinaria” y al ordenar el cierre de emisoras de radio y televisión.
El documento sirve como guía al Congreso estadounidense para decidir la ayuda exterior para cada país, en otras palabras, examina el comportamiento de los Gobiernos del mundo respecto a los derechos humanos y la corrupción.