BERLÍN.- La economía de Alemania, la mayor de Europa, registró entre abril y junio una contracción de la actividad del 0,1% en comparación con el primer trimestre del año. En ese entonces el PIB germano creció un 0,4%.
Los datos de la Oficina Federal de Estadística (Destatis), confirman el frenazo de la “locomotora europea” por el lastre de la guerra comercial y la recesión industrial.
El ministro de Finanzas alemán Olaf Scholz defendió que Alemania tiene la fortaleza fiscal necesaria para contener los efectos de una futura crisis “con toda la fuerza”. Asimismo, sugirió que Alemania podría inyectar a la economía más de 50.000 millones de euros.
Alemania ahora se enfrenta a la presión tanto dentro como fuera del país. Lo que la llevará a dejar a un lado su política de presupuestos equilibrados y apostar por incentivar a la economía volviéndose a endeudar.
Fuentes cercanas al Ejecutivo germano explicaron a Reuters que el titular de Finanzas está barajando la idea de emitir deuda para financiar programas de ayuda financiera.
El Ministerio de Economía y Energía de Alemania destacó, tras conocerse la contracción del PIB, algunas de las causas del negativo efecto. Los conflictos comerciales han empeorado recientemente y las perspectivas de un Brexit con acuerdo no mejoran. Lo que llevó al enfriamiento del comercio y la economía global, perjudicando a la industria alemana.
Scholz apuntó que en el caso concreto de la crisis económica de 2008 tuvo un coste de unos 50.000 millones de euros. “Tenemos que ser capaces de reunir esta cantidad esta suma de dinero. Y podemos hacerlo. Esa es la buena noticia”.
Sin embargo, Scholz rechazó comentar sobre las informaciones en las que Alemania estaría preparada para abandonar su tradicional política de presupuestos equilibrados. Esto para tomar deuda para poder contener una posible recesión.
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