ANKARA.- La economía de Turquía cayó en su primera recesión en una década a fines del año pasado, según muestran los datos oficiales, mientras el país se dirige hacia elecciones locales clave a fin de mes.
El Producto Bruto Interno (PBI) en el cuarto trimestre cayó un 2,4 por ciento ajustado estacionalmente en comparación con los tres meses anteriores, dijo el lunes el Instituto de Estadísticas de Turquía. La caída siguió a una contracción del 1,6 por ciento en el tercer trimestre.
En general, se considera que dos contracciones trimestrales consecutivas en la producción económica son la definición de una recesión.
A pesar de la desaceleración, que esperaban economistas y analistas, el ministro de Finanzas turco, Berat Albayrak, dijo que «lo peor está detrás en términos de actividad económica».
El año pasado, la economía fue golpeada por una caída del 30 por ciento en el valor de la lira, provocada por las preocupaciones sobre una disputa diplomática con Estados Unidos y la independencia del banco central.
El país celebrará elecciones locales el 31 de marzo, y se espera que el crecimiento y la inflación sean temas clave para los votantes.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien se ha beneficiado del poder desde 2003, primero como primer ministro y luego como presidente, a menudo se jactó del fuerte crecimiento del país durante su mandato.
El crecimiento fue de 2,6 por ciento para 2018 en general, pero aún fue mucho menor que el 7,4 por ciento registrado en 2017, un período turbulento tras un golpe de estado fallido el año anterior.
La inflación también se ha mantenido alta. Tuvo un máximo de 15 años en octubre, con un 25,24 por ciento, antes de caer por debajo del 20 por ciento en febrero, con los precios de los alimentos especialmente afectados.
El gobierno de Erdogan ha tratado de reducir los precios al consumidor, especialmente para los productos que se consumen todos los días en los hogares turcos. El mes pasado, las autoridades establecieron sus propios puestos de verduras en un intento por obligar a los mercados a bajar los precios de los alimentos.
El gobierno, que en septiembre recortó su pronóstico de crecimiento para 2018 a 3,8 por ciento, desde 5,5 por ciento pronosticado inicialmente, sostuvo que la mejora estaba a la vuelta de la esquina.
Albayrak, el ministro de finanzas, declaró que el proceso de reequilibrio continúa como se esperaba a pesar de la contracción, y pronosticó que el crecimiento para 2019 estará en línea con el pronóstico del gobierno de 2,3 por ciento.
La última vez que Turquía entró en recesión fue en 2009, después de que la crisis económica mundial afectara la demanda externa e interna.