Australia aísla el estado de Victoria tras rebrote de COVID-19

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SÍDNEY.- Las autoridades de Australia anunciaron la mañana de este lunes la decisión de aislar el estado de Victoria, una drástica medida para tratar de contener el preocupante rebrote de COVID-19.

A partir de este martes, la frontera entre los dos estados más poblados del país estará cerrada por un período indefinido.

La decisión anunciada este lunes supone el primer cierre de la frontera entre los estados de Victoria y Nueva Gales del Sur en 100 años. Las autoridades bloquearon por última vez el tránsito entre ambos estados en 1.919, durante la pandemia de gripe española.

Victoria, donde viven más de 6,6 millones de personas, anunció el lunes un récord de 127 nuevos casos, ya que el virus se propagó por Melbourne, incluso en varios bloques de apartamentos densamente poblados.

El primer ministro del estado de Victoria, Daniel Andrews, describió la decisión de cerrar ese territorio como “el paso inteligente, el paso correcto en este momento, dados los importantes desafíos que enfrentamos para contener este virus”.

Los planes para reabrir la frontera de Victoria con Nueva Gales del Sur han quedado por el momento para un futuro no definido.

No obstante, es probable que la medida suponga un golpe para la recuperación económica de Australia, que se dirige hacia su primera recesión en casi 30 años.

El número de casos de COVID-19 en Melbourne, la capital del estado de Victoria, ha aumentado en los últimos días, lo que ha llevado a las autoridades locales a imponer el cumplimiento de estrictas normas de distanciamiento social en 30 zonas residenciales y a cerrar completamente nueve bloques de viviendas públicas.

Tras semanas de aliviar las restricciones por el patógeno, Melbourne ha visto un gran aumento en la transmisión, lo que llevó a los funcionarios de la Salud a cerrar de manera efectiva vecindarios enteros.

Por lo menos 16 de los nuevos casos se detectaron en nueve torres de viviendas públicas, donde 3.000 residentes fuero mantenidos en sus hogares el sábado en la respuesta más estricta al COVID-19 en Australia hasta la fecha.