MERCADOS Y FINANZAS.— Bitcoin volvió a caer, pero a diferencia de la liquidación del mes pasado, esta vez no fue el apalancamiento lo que golpeó al mercado. La criptomoneda original llegó a hundirse un 7,4% este martes, perforando los u$s 100.000 por primera vez desde junio. Desde su récord histórico alcanzado hace un mes, acumula una baja superior al 20%. Aunque recuperó algo de terreno el miércoles por la mañana, sigue sin encontrar soporte firme.
Si el desplome de octubre se debió a ventas forzadas, la actual corrección refleja algo más profundo: una erosión de la convicción. Los tenedores de Bitcoin a largo plazo vendieron alrededor de 400.000 BTC en el último mes —unos u$s 45.000 millones—, lo que dejó al mercado desequilibrado, según Markus Thielen, jefe de investigación de 10x Research.
“Más de 319.000 Bitcoin fueron reactivados en el último mes, principalmente monedas que habían permanecido inmóviles entre seis y doce meses, lo que sugiere una fuerte toma de ganancias desde mediados de julio”, explicó Vetle Lunde, jefe de investigación de K33. “Aunque parte de esa reactivación responde a transferencias internas, la mayor parte corresponde a ventas reales.”
A diferencia de los colapsos en cascada que provocaron la caída de octubre, el descenso actual está impulsado por un flujo constante de ventas en el mercado spot. Esto marca un cambio respecto del patrón habitual de volatilidad abrupta causada por liquidaciones en los mercados de futuros.
Según datos de CoinGlass, en las últimas 24 horas se liquidaron posiciones cripto por unos u$s 2.000 millones, una cifra modesta frente a los u$s 19.000 millones de liquidaciones forzadas durante el desplome anterior. El interés abierto en futuros de Bitcoin sigue bajo, mientras que los operadores de opciones están apostando a la baja mediante puts que apuntan al nivel de u$s 80.000.
Con el apalancamiento contenido, la atención se centra ahora en los grandes tenedores que deciden vender. Thielen recordó que a comienzos de año las llamadas “mega ballenas” —entidades con entre 1.000 y 10.000 BTC— ya habían comenzado a descargar grandes volúmenes, incluso cuando los inversores institucionales intentaban absorber la oferta. Eso explicaba los movimientos erráticos del verano. Pero tras la caída del 10 de octubre, la demanda se debilitó. “Rompimos algunos indicadores on-chain: hay gente bajo el agua que necesita cerrar posiciones”, dijo.
En conjunto, la acumulación por parte de los tenedores medianos (entre 100 y 1.000 BTC) se desplomó. “Las ballenas simplemente no están comprando”, añadió.
De cara al futuro, Thielen advierte que el proceso de liquidación podría extenderse hasta bien entrado el próximo otoño boreal. En el mercado bajista de 2021–2022, los grandes tenedores vendieron más de un millón de Bitcoin a lo largo de casi un año, una magnitud que podría repetirse. “Si el ritmo es similar, podríamos ver esta situación durante otros seis meses”, señaló.
Sin prever un colapso catastrófico, Thielen cree que aún hay margen para nuevas bajas. “No creo en los ciclos, pero estimo que el precio podría consolidarse e incluso retroceder un poco más. Mi objetivo de caída máxima está en u$s 85.000”, concluyó.
