LONDRES.— La crisis del “partygate” podría destrozar la carrera pública del primer ministro británico, Boris Johnson, y hundir aún más la confianza de la población en la política, según Stuart Thomson, asesor en cuestiones gubernamentales, citado por la agencia Sputnik.
Para Thomson, el escándalo de las fiestas y encuentros sociales en la residencia de la jefatura de Gobierno durante la pandemia empujó al premier hasta el precipicio.
“Le acusan de engañar al Parlamento, se disculpó a medias en la Cámara, tuvo que pedir perdón a la Reina Isabel, pero imposible”, resume el experto en política británica en una entrevista con Sputnik.
El primer ministro intenta salvar su prestigio y su posición mientras aguarda el resultado de la investigación sobre los eventos sociales que se repitieron en Downing Street pese a las restricciones para contener el coronavirus.
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El líder conservador insiste en su convicción de que el evento al que acudió era una “reunión de trabajo”. El antiguo colaborador Dominic Cummings, dispuesto a testificar que Johnson fue advertido de la ilegalidad de esas celebraciones
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— EL PAÍS América (@elpais_america) January 19, 2022
Pero la presión no cesa y la soga se aprieta incesantemente entre un goteo de revelaciones que está demorando la conclusión del informe de Sue Gray, respetada funcionaria de alto grado.
Johnson, por su parte, se reafirmó en su línea de defensa, tras casi una semana de silencio. Cuestionado por Sky News este martes, se ajustó a su declaración parlamentaria de que creyó que se trataba de “un evento de trabajo”. “Digo categóricamente que nadie me dijo, nadie me comentó que iba en contra de las reglas, que estábamos haciendo algo que no fuera un evento de trabajo”, aseguró.
La justificación desató un sin fin de memes y comentarios sarcásticos en las redes sociales. “La idea de que no sabía lo que hacía es absurda y poco realista”, reconoce Thomson.
El analista además destaca que “esta crisis es diferente” a polémicas previas, ya fueran en torno a patronaje, conflictos de interés o relaciones sexuales del premier británico.