BRASILIA.— Los funcionarios aún debaten cómo debería estructurarse el vehículo financiero, a pocas semanas de su lanzamiento en la cumbre climática de la ONU en noviembre.
Un ambicioso fondo para salvar las selvas tropicales que Brasil planea lanzar en la cumbre climática COP30 de noviembre se retrasa, mientras las autoridades deliberan sobre cómo estructurar el complejo vehículo financiero.
Brasil espera recaudar hasta 125.000 millones de dólares a través del Tropical Forest Forever Facility (TFFF), que pagaría a los países por proteger extensas áreas de selva tropical utilizando los rendimientos de activos de renta fija de alto rendimiento. La principal gira de promoción para potenciales inversores debía realizarse en septiembre, pero aún no se llevó a cabo. Mientras tanto, un evento para reunir inversores durante la Climate Week de Nueva York, que comenzó el 21 de septiembre, fue cancelado, según personas con conocimiento del tema que pidieron el anonimato al discutir información no pública.
Los funcionarios inicialmente planearon crear una nueva entidad no garantizada en asociación con el Banco Mundial, que recaudaría 25.000 millones de dólares de un grupo de naciones desarrolladas y usaría esos fondos para emitir 100.000 millones en bonos. Sin embargo, críticas de la administración Trump en la primavera sobre la “deriva de misión” de las instituciones financieras multilaterales llevaron a discutir un Plan B que no involucrara al Banco Mundial, dijeron las fuentes.
Ahora se considera una segunda opción: un vehículo también capitalizado con 25.000 millones de dólares, que serviría para lanzar una serie de instrumentos de deuda colateralizada y recaudar los 100.000 millones a través del mercado de deuda garantizada. La discusión sobre estas dos posibles estructuras fue mencionada por primera vez en una propuesta de agosto publicada por el gobierno brasileño.
El presidente del Banco Mundial, Ajay Banga, dijo la semana pasada que la organización actuará como fiduciario y anfitrión interino de la secretaría del TFFF. Una decisión final sobre su rol está programada para el 21 de octubre.
Brasil ha comprometido 1.000 millones de dólares para poner en marcha el fondo, con la expectativa de que más países se sumen antes de la COP30. El equipo del TFFF todavía está finalizando detalles del modelo financiero, que debería estar listo esta semana, según un comunicado del gobierno brasileño. El fondo podría operar junto con otro banco multilateral de desarrollo o bajo una estructura totalmente privada.
El TFFF tiene el potencial de convertirse en uno de los mayores mecanismos financieros jamás creados para ayudar a cubrir el déficit de varios billones de dólares necesario para frenar el cambio climático y revertir la pérdida de biodiversidad. Su lanzamiento exitoso sería un gran logro para Brasil como anfitrión de la COP de este año, que ha enfrentado desafíos logísticos que amenazan con descarrilar la cumbre.
Los retrasos no sorprenden a los involucrados, dada la magnitud del objetivo de Brasil: diseñar un gran fondo con una estructura nunca probada del todo, que requiere la participación de expertos de ministerios nacionales, bancos, firmas de inversión, ONGs de protección forestal y más. Además, busca obtener 25.000 millones en préstamos baratos y garantías de países ricos en un momento en que estos están más preocupados por reforzar sus defensas frente a Rusia y otros adversarios.
Sea cual sea la estructura elegida, los 125.000 millones recaudados de países desarrollados y de los mercados de capitales se invertirían en bonos de mayor rendimiento. Los retornos, descontando los costos, deberían permitir pagos de alrededor de 4 dólares por hectárea a los países para proteger sus selvas tropicales.