SANTIAGO.— Chile decide no modificar su Constitución. El domingo, los chilenos rechazaron cambiar la Carta Magna por un texto de tendencia conservadora, optando por mantener la Constitución de 1980 establecida durante la dictadura de Augusto Pinochet, la cual ha permanecido vigente durante más de dos décadas de democracia en el país.
Con más del 99,86% de los votos escrutados, un 55,76% se opuso a la nueva propuesta, que presentaba una visión más conservadora en términos morales y económicos en comparación con el texto vigente, generando críticas por su posible limitación de derechos ya adquiridos, como los de las mujeres.
El presidente Gabriel Boric expresó que la política ha defraudado al pueblo chileno al conocer los resultados del plebiscito.
Aunque el resultado fue como el oficialismo esperaba, no fue considerado una victoria, y no hubo celebraciones en la capital al caer la noche. Boric mencionó que el proceso constitucional se ha cerrado sin opción a un tercer intento durante su mandato, señalando otras prioridades y lamentando no haber logrado una nueva Constitución que uniera a todos.
El mandatario reconoció la polarización y división en el país, y manifestó que el proceso constituyente, en lugar de traer esperanza, ha generado frustración y hastío en una parte importante de la ciudadanía.
Además, Boric anunció la reanudación de sus esfuerzos en reformas de pensiones y redistribución de la riqueza. Para algunos analistas, estos resultados brindan cierto alivio al Ejecutivo para retomar algunas de sus reformas.
José Antonio Kast, líder del ultraconservador Partido Republicano, coincidió en que no hay motivos para celebrar y destacó que su partido logró visibilizar problemas urgentes del país, como la seguridad y la inmigración.
Analistas consideran que la derrota del nuevo texto se debió a su naturaleza divisiva y a que la derecha y el Partido Republicano optaron por una propuesta más identitaria en lugar de una Carta Magna que reflejara acuerdos transversales y el sentir general. Esta crítica también fue dirigida al primer proyecto constitucional del año pasado, respaldado por Boric pero rechazado por el 62% de los chilenos.