HAWÁI.— El incendio en Hawái se ha convertido en uno de los desastres más mortales en Estados Unidos en más de cien años.
Según informaron las autoridades el miércoles, el número de víctimas mortales ha superado la cifra de 100 y existe la preocupación de que esta cifra pueda duplicarse en los próximos días.
En una declaración televisada, el gobernador Josh Green anunció que ya se ha confirmado la pérdida de 101 vidas. Además, señaló que los equipos de rescate han logrado cubrir aproximadamente una cuarta parte del área designada para la búsqueda y rescate.
En una entrevista previa en CNN, el gobernador Green anticipó que en los próximos diez días podría haber un aumento significativo en el número de víctimas fatales. A medida que los equipos de rescate, acompañados por perros entrenados, avanzan en su labor de búsqueda entre los restos calcinados de casas y vehículos, el saldo mortal continúa incrementándose.
Hasta el momento, solo se ha rastreado el 25% de la zona afectada, según confirmaron las autoridades el pasado lunes por la noche. Green predijo que los rescatistas podrían encontrar entre 10 y 20 personas por día mientras completan sus tareas de búsqueda.
En la ciudad costera de Lahaina, situada en la isla de Maui y habitada por alrededor de 12.000 personas, el fuego fue devastador al punto de derretir el metal. La identificación de los cuerpos recuperados se ha vuelto un desafío, informó John Pelletier, jefe de la policía local. Hasta el momento, solo tres de los cuerpos han podido ser identificados mediante sus huellas dactilares, por lo que se insta a los familiares de las personas desaparecidas a someterse a pruebas de ADN.
Las autoridades están considerando restringir el acceso a Lahaina durante las operaciones de búsqueda, tanto por precaución debido a posibles productos químicos presentes como por respeto a los fallecidos.
Según la estimación de Green, inicialmente se reportaron alrededor de 1.300 personas desaparecidas, pero esta cifra está disminuyendo gradualmente a medida que las comunicaciones se restablecen en la isla de Maui y los habitantes logran ponerse en contacto con sus seres queridos.