WASHINGTON.— En un acontecimiento histórico, la administración de Joe Biden ha dado luz verde a una asistencia militar directa de Estados Unidos hacia Taiwán, marcando un cambio significativo en la política de ayuda extranjera del país.
El miércoles, fuentes oficiales confirmaron que el Departamento de Estado notificó al Congreso sobre un paquete de ayuda militar que asciende a 80 millones de dólares. Aunque esta cifra es menor en comparación con las ventas recientes de equipo bélico a Taiwán, es un paso relevante, ya que constituye la primera instancia de asistencia bajo el programa denominado «Financiación Militar Extranjera».
Durante más de cincuenta años, Estados Unidos ha reconocido oficialmente a Pekín como la autoridad legítima de China, aunque la Ley de Relaciones con Taiwán establece que es necesario suministrar armas a la democracia autónoma con fines defensivos.
A lo largo del tiempo, diversas administraciones estadounidenses han cumplido con esta disposición a través de ventas de armamento, evitando ayudas directas que puedan desencadenar tensiones diplomáticas. Estos tratos a menudo han sido descritos como transacciones comerciales con la embajada no oficial de Taiwán en Washington.
Es importante señalar que China considera a Taiwán como parte indivisible de su territorio, y mantiene el objetivo de recuperar el control sobre la isla en algún momento.
En este sentido, se opone firmemente a cualquier forma de interacción oficial entre Taiwán y otros gobiernos extranjeros. Por ello, esta decisión de Estados Unidos tiene implicaciones no solo en términos de seguridad regional, sino también en las relaciones diplomáticas globales.
El Departamento de Estado, sin embargo, ha enfatizado que esta ayuda militar no implica un reconocimiento de la soberanía de Taiwán.
En palabras de un portavoz de la dependencia, «En línea con la Ley de Relaciones con Taiwán y nuestra política de larga data de una sola China, que permanece invariable, Estados Unidos provee a Taiwán con los artículos y servicios de defensa necesarios para mantener su capacidad de autodefensa».
Esta medida también refleja el compromiso de Estados Unidos con la paz y la estabilidad en la región del estrecho de Taiwán, un elemento crucial para la seguridad y el bienestar tanto regional como global.
En una noticia relacionada, la semana pasada se anunció la autorización de la venta de equipos de detección para los aviones de combate taiwaneses, una acción que busca reforzar la capacidad de defensa de la isla frente a las preocupaciones de una posible invasión por parte de China.