WASHINGTON.— Las compañías estadounidenses no encuentran trabajadores pese a que los niveles de ocupación están muy por debajo de los registrados antes de la crisis sanitaria del COVID-19.
Esto se traduce en que hay varios millones de trabajadores que “han desaparecido” del mercado laboral, una tendencia que los economistas no han podido explicar aún.
Tampoco lo ha podido hacer la reserva federal, que no sabe si los empleados han salido definitivamente del mercado laboral o si volverán al mercado en el futuro, lo que dificulta de sobremanera la recuperación económica tan anhelada por la potencia mundial.
Tras sufrir dificultades para contratar empleados para su tienda en Dallas, Balsam Hill, la tienda más famosa de árboles de navidad, por fin pudo abrir el 1 de septiembre. Pero al día siguiente tuvo que volver a cerrar cuando cuatro de sus cinco empleados habían renunciado.
La razón de su descontento: Había que trabajar fines de semana. Se fueron y lograron hallar un empleo con horarios más flexibles.
Balsam Hill recalculó y abrió tres semanas después con nueve empleados y aumentos salariales. Pero lo más importante, con una nueva estrategia de relaciones laborales: En vez de enfocarse solo en las necesidades de la empresa, se enfocaron individualmente en cada empleado para crearles un horario acorde a sus necesidades.
Algunos indicadores del mercado laboral son consecuentes con una economía que se encuentra cerca del pleno empleo, con un 4,8% de desempleados y que incluso corre el riesgo de recalentarse.
Los salarios están creciendo a un ritmo mucho mayor que la tendencia previa a la pandemia, las ofertas de empleo sin cubrir están cerca de máximos históricos, mientras que la tasa de renuncia es alarmantemente alta.