LOS ÁNGELES.— La administración Trump intensificó su respuesta a las protestas contra las deportaciones en Los Ángeles con la movilización de 700 Marines, desplegando militares en servicio activo en el terreno y aumentando las tensiones con las autoridades de California.
Los disturbios surgen luego de una cuarta noche consecutiva de enfrentamientos entre la policía y manifestantes que protestan contra el creciente número de redadas llevadas a cabo por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), las cuales, según funcionarios locales, han generado temor en una comunidad con alta presencia de inmigrantes.
El presidente Donald Trump y el gobernador de California, Gavin Newsom, volvieron a enfrentarse por la respuesta ante los disturbios en Los Ángeles, mientras el estado demandó a la administración por movilizar a la Guardia Nacional en la ciudad. Trump, por su parte, sugirió que Newsom —demócrata y ampliamente considerado como un posible candidato presidencial en 2028— podría ser arrestado si interfiere con las redadas federales o con la respuesta al desorden civil.
El lunes, protestas mayormente pacíficas durante el día derivaron en enfrentamientos aislados con la policía, que disparó municiones menos letales, mientras algunos manifestantes arrojaron botellas.
Las protestas en Los Ángeles se han limitado en gran medida a algunas zonas pequeñas de una ciudad que abarca cientos de millas cuadradas y está conectada por una red de autopistas. No hubo señales de disturbios en áreas como Century City, Hollywood Hills o Santa Mónica, ubicadas a millas del centro y cuyos negocios y residentes no se vieron afectados.
Sin embargo, los incidentes han comenzado a expandirse más allá de los límites de la ciudad. Manifestantes se congregaron en San Francisco, Chicago, Washington y otras grandes ciudades estadounidenses a medida que se intensificaban las protestas contra el ICE.
En Santa Ana, al sureste de Los Ángeles, en el condado de Orange, los manifestantes se enfrentaron con la policía tras redadas migratorias realizadas en la zona.
Según medios locales, también hubo enfrentamientos entre la policía y manifestantes en Dallas y Austin el lunes por la noche, donde se utilizó gas lacrimógeno para dispersar a una multitud cerca del Capitolio estatal de Texas.
La administración Trump ha argumentado que las condiciones en Los Ángeles están fuera de control y que se necesitan fuerzas federales para apoyar a los agentes de inmigración y restablecer el orden. Un funcionario del Departamento de Defensa indicó el lunes que los Marines, con base en el Centro de Combate Aéreo-Terrestre del Cuerpo de Marines en Twentynine Palms, California, comenzaron a movilizarse tras recibir la orden durante el fin de semana.
La ley estadounidense generalmente prohíbe el uso de las fuerzas armadas en servicio activo —el Ejército, la Marina, la Fuerza Aérea y los Marines— para tareas de cumplimiento de la ley dentro del país. El despliegue de los Marines se suma a la orden de Trump emitida el fin de semana para que el Comando Norte de EE. UU. asuma el control de la Guardia Nacional y la envíe a Los Ángeles.
California y el gobernador Newsom demandaron el lunes a la administración Trump, calificando de innecesaria e ilegal la movilización tanto de la Guardia Nacional estatal como de los Marines, y acusando al presidente de “otra apropiación de poder sin precedentes”. En una demanda de 22 páginas presentada el lunes por la noche en un tribunal federal de San Francisco, el gobernador solicitó a un juez que anule las órdenes del presidente y transfiera el control de la Guardia Nacional nuevamente al mando legítimo del estado.
“Desplegar más de 4.000 efectivos militarizados federales para reprimir una protesta o evitar futuras protestas, sin evidencia de que las autoridades locales no podían mantener el orden y garantizar la seguridad pública durante dichas manifestaciones, es inconstitucional”, sostiene la demanda.
Newsom y la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, acusaron a Trump de empeorar la situación. En una publicación en X el lunes, el gobernador calificó la decisión de enviar Marines como “antiamericana” y aseguró que el despliegue de la Guardia Nacional por parte del gobierno federal fue tanto “temerario” como “inútil”.
Trump, en una serie de mensajes en Truth Social, defendió el envío de la Guardia Nacional como una “gran decisión”, desestimó que las protestas fueran en su mayoría pacíficas y afirmó que “si no lo hubiéramos hecho, Los Ángeles habría sido completamente destruida”.

