PEKÍN.— China enfrenta crecientes llamados por parte de asesores políticos y economistas para explorar el uso de stablecoins en pagos transfronterizos, en momentos en que EE.UU. avanza para consolidar la dominancia del dólar a través de esta tecnología aún emergente.
Si bien China no ha adoptado oficialmente las stablecoins —tokens digitales vinculados a monedas tradicionales— y mantiene una prohibición general sobre las actividades relacionadas con criptomonedas, recientes declaraciones de altos funcionarios del banco central han revitalizado el debate sobre su posible papel en los pagos globales.
El gobernador del Banco Popular de China, Pan Gongsheng, afirmó en junio que las stablecoins podrían revolucionar las finanzas internacionales, especialmente en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas que exponen la fragilidad de los sistemas de pagos tradicionales, los cuales, advirtió, pueden ser politizados y usados como herramientas de sanción.
En el mismo evento en Shanghái, el exjefe del banco central, Zhou Xiaochuan, advirtió que las stablecoins vinculadas al dólar podrían facilitar la dolarización. Por su parte, otros funcionarios financieros de China continental y Hong Kong hablaron sobre el potencial de stablecoins vinculadas al yuan para respaldar el prolongado esfuerzo de China por promover su moneda a nivel global.
Pekín ha sido históricamente cauteloso con las criptomonedas, considerándolas una amenaza para la estabilidad financiera y el control de capitales. Sin embargo, algunos economistas ven ahora una oportunidad, alimentada en parte por el creciente respaldo de la administración Trump a los activos digitales.
Morgan Stanley sugiere que China podría usar Hong Kong como banco de pruebas para emitir stablecoins offshore respaldadas por yuanes, lo cual permitiría evitar violaciones a los estrictos controles de capital de Pekín.
“Las stablecoins no son nuevas monedas, sino nuevos canales de distribución de monedas existentes”, afirmó Robin Xing, economista jefe para China de Morgan Stanley. “Es crucial que China adopte la tendencia de tokenización de monedas soberanas si quiere mantener su competitividad en la carrera por la infraestructura digital”.
Justo horas antes de que Pan y otros funcionarios hablaran el 18 de junio en el Foro de Lujiazui, el Senado de EE.UU. aprobó una ley que regula las stablecoins, un hito para la industria cripto y un impulso para la agenda de activos digitales del presidente Donald Trump.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, escribió el 19 de junio en X (antes Twitter) que las stablecoins podrían fortalecer —y no amenazar— la dominancia del dólar. En una entrevista con Bloomberg TV este lunes, Bessent afirmó que los usuarios globales probablemente prefieran stablecoins respaldadas por EE.UU. antes que monedas digitales emitidas por bancos centrales europeos o chinos, aludiendo a la mayor confianza en el sector privado bajo regulación estadounidense frente al riesgo de control gubernamental en otras regiones.
Las stablecoins, típicamente respaldadas por monedas tradicionales y emitidas por empresas privadas, están ganando popularidad como una opción más rápida y barata para pagos internacionales. La mayoría están vinculadas al dólar y respaldadas por activos estadounidenses como bonos del Tesoro a corto plazo, y se proyecta que su oferta total alcance los USD 3,7 billones para 2030.
En respuesta, economistas chinos están instando al desarrollo de alternativas vinculadas al yuan.
“Si China no desarrolla stablecoins, básicamente se retirará de la competencia por la dominancia de la moneda global de próxima generación y se la entregará a otros”, dijo Shen Jianguang, economista jefe de JD.com.
Según informes, el fundador de JD.com, Richard Liu, dijo al personal que la empresa planea solicitar licencias de stablecoins en todos los mercados clave, con el objetivo de reducir en un 90% los costos de pagos transfronterizos y acortar los tiempos de liquidación a menos de 10 segundos.

