ISLAMABAD.- Al menos 20 personas murieron y otras 40 resultaron heridas cuando una explosión arrasó un mercado en la ciudad de Quetta, en el suroeste de Pakistán, según un funcionario provincial, en otro ataque dirigido a la comunidad minoritaria Hazara.
Al anunciar la cifra de muertos, el ministro provincial Zia Langove informó: «Cuatro o cinco de los heridos se encuentran en estado crítico».
La explosión tuvo lugar cuando algunos miembros de la comunidad Hazara, que son musulmanes chiítas, estaban comprando verduras temprano el viernes por la mañana.
«Los miembros de la comunidad de Hazara van al mercado todos los días para comprar, les brindamos una escolta de seguridad», indicó el jefe de la policía de Quetta, Abdul Razzaq Cheema. «Estaban en el mercado mientras la policía y los soldados paramilitares del Cuerpo Fronterizo patrullaban la zona. Había una tienda que vendía papas, y ahí es donde ocurrió la explosión», agregó.
Las imágenes de la escena de la explosión muestran sangre rociada por el suelo de tierra del mercado, vehículos dañados y sacos de papas divididos por la fuerza de la explosión.
Cheema dijo que la policía no sabrá si la bomba fue colocada o si se trató de un ataque suicida hasta que los equipos de investigación, que acordonaron el sitio, completen su análisis. «La bomba parece haber sido colocada en los sacos de papa, pero no podemos descartar si fue un ataque suicida todavía», comunicó.
Al menos siete miembros de la comunidad Hazara y un soldado paramilitar están entre los muertos, agregó el funcionario.
En una conferencia de prensa más tarde, Cheema dijo que no había habido ninguna advertencia de que el mercado pudiera ser atacado. «Se emitieron muchas amenazas de seguridad general, pero para este lugar no había una amenaza específica», detalló.
Desde 2013, más de 509 musulmanes chiítas, principalmente de origen étnico Hazara, han muerto en una campaña de disparos y bombardeos dirigidos en la provincia de Balochistán, según datos del gobierno.
La mayoría de los ataques se han producido en la capital provincial, Quetta, donde residen la mayoría de los aproximadamente 600.000 Hazaras del país.
Los residentes de la comunidad en la ciudad ahora viven en dos enclaves fuertemente protegidos a ambos lados de la ciudad, con los movimientos fuera de esas áreas restringidos por amenazas a sus vidas. Ellos dicen que se abstienen de participar en negocios o educación en otras partes de la ciudad debido a los riesgos.
Todas las mañanas, la policía vigila un convoy que sale del enclave para visitar los mercados y que los Hazara puedan abastecerse de las necesidades básicas.
No es la primera vez que los atacan cuando están comprando verduras. En octubre de 2017, hombres armados no identificados abrieron fuego contra una camioneta con destino al mercado de frutas y verduras, matando al conductor y a otros cuatro, según la policía.
Los ataques se han vinculado al partido político suní de extrema derecha Ahle Sunnat Wal Jammat (ASWJ) y al grupo armado asociado Lashkar-e-Jhangvi (LeJ). Ningún grupo se responsabilizó de inmediato por el ataque del viernes.