BRASILIA.— Las exportaciones de Brasil alcanzaron en agosto 29.860 millones de dólares, un 3,9% más que en 2024, mientras que las importaciones cayeron 2% hasta 23.730 millones. Con este desempeño, el país consolidó un superávit comercial de 6.130 millones, equivalente a un crecimiento del 35,8% respecto al saldo del mismo mes del año anterior.
La balanza comercial brasileña mostró fortaleza en un contexto adverso. El repunte exportador se apoyó principalmente en la industria extractiva y en el sector agropecuario, aunque la industria de transformación sufrió una leve contracción. Pese al golpe que representa el arancel del 50% impuesto por Estados Unidos sobre productos clave, el país logró mejorar sus resultados y fortalecer su posición externa.
El impacto de estos nuevos aranceles comenzó a sentirse en las ventas hacia el mercado estadounidense, que retrocedieron con fuerza frente a agosto de 2024. Sin embargo, el aumento de las exportaciones a otros destinos —en especial China y Argentina— compensó la caída en EEUU. La diversificación de mercados permitió sostener el saldo comercial, reduciendo la dependencia de un solo socio.
Por sectores, el mayor aporte vino de la industria extractiva, con 7.264 millones de dólares (11,3% más que en 2024), impulsada por el repunte en petróleo, mineral de hierro y cobre. La agropecuaria también destacó, con 6.665 millones (alza de 8,3%) gracias a la soja y el maíz. En contraste, la industria de transformación descendió 0,9% hasta 15.767 millones, con retrocesos en manufacturas como azúcar y combustibles refinados.
En cuanto a la respuesta política, el Ejecutivo brasileño decidió no adoptar represalias inmediatas, pero activó un procedimiento bajo la ley de reciprocidad y acudió a la OMC. Paralelamente, busca reforzar sus vínculos con Asia y otros socios emergentes. La intención oficial es ganar tiempo mientras diversifica mercados para amortiguar el impacto sobre sectores sensibles como carne bovina, pescado y café.
Brasil logró sortear el primer mes de aranceles estadounidenses con un balance positivo en su comercio exterior. La incógnita ahora es si la resiliencia demostrada en agosto se repetirá en los próximos meses, cuando los efectos plenos de la medida se hagan sentir y la diplomacia brasileña ponga a prueba su estrategia de diversificación.

