LA PAZ.— Decenas de indígenas están en la calle de Pailón, departamento de Santa Cruz, porque hace dos semanas un grupo violento incendio sus viviendas, los golpeó y asesinó a sus animales. Ellos reclaman la intervención del Gobierno nacional y de la justicia boliviana.
Decenas de familias del pueblo ayoreo, en Santa Cruz de la Sierra (este) fueron expulsadas de su comunidad por un grupo armado. Desde hace dos semanas duermen en la calle y reclaman la atención de los Gobiernos departamental y nacional para que puedan regresar a su territorio.
No así a sus hogares porque fueron incendiados por los violentos ocupantes.
El pasado 22 de diciembre, llegaron a esta comunidad un tractor y un número indeterminado de vehículos 4×4, de donde bajaron decenas de hombres armados, según testigos citados por la agencia de noticias Sputnik.
Dispararon a los perros y a las gallinas. A culatazos repelieron a los comuneros que quisieron detenerlos. De esta manera lo constata las fotos que recolectó la mencionada agencia de noticias.
“Lo que no incendiaron, se lo robaron. Quemaron todas nuestras pertenencias. Se llevaron tres motosierras y quemaron siete motos. Hicieron picar la manguera que recibía agua en un pozo”, relató un testigo.
Al dejarles sin agua, pretendían evitar el regreso a la comunidad de las familias ayoreas. El líder indígena contó que “hicieron pedazos la manguera. Y el motor de la bomba se lo llevaron”.
Sobre los hombres armados no sabe nada. Las tierras cruceñas, las más fértiles del país, son fuertemente codiciadas por pequeños y grandes terratenientes. El avance imparable de la agroindustria deja pone en riesgo los derechos conquistados por los pueblos indígenas bolivianos en décadas de lucha.