GAZA.— El hambre golpeó a una zona de Gaza y probablemente se extenderá durante el próximo mes, determinó este viernes un organismo global de monitoreo, en una evaluación que aumentará la presión sobre Israel para permitir un mayor ingreso de ayuda humanitaria en el enclave palestino devastado por la guerra.
El Sistema de Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria (IPC, por sus siglas en inglés) indicó que 514.000 personas —casi una cuarta parte de la población de Gaza— están experimentando hambruna, y que esa cifra ascenderá a 641.000 hacia finales de septiembre.
Unas 280.000 de esas personas se encuentran en la región norte, que incluye Ciudad de Gaza —conocida como gobernación de Gaza—, donde el IPC confirmó oficialmente la presencia de hambruna, la primera vez que emite tal determinación en el enclave. El resto está en Deir al-Balah y Khan Younis, zonas del centro y sur que, según la proyección, entrarán en hambruna hacia fines del próximo mes.
Israel desestimó el informe calificándolo de “falso y tendencioso”. El organismo militar que coordina la entrega de ayuda en Gaza dijo que el IPC se basó en “datos parciales provenientes de la organización terrorista Hamás”.
Para que una región sea clasificada como en hambruna, al menos el 20% de su población debe padecer escasez extrema de alimentos, un tercio de los niños debe estar gravemente desnutrido y dos personas de cada 10.000 deben morir diariamente por hambre, desnutrición o enfermedades vinculadas.
Incluso si una región aún no alcanza esos umbrales, el IPC puede determinar que los hogares allí sufren condiciones de hambruna, lo que describe como hambre, indigencia y muerte.
El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, dijo el viernes que la hambruna en Gaza es resultado directo de las acciones del gobierno israelí y advirtió que las muertes por inanición podrían constituir un crimen de guerra.
El análisis del IPC se publica después de que Reino Unido, Canadá, Australia y varios países europeos señalaran que la crisis humanitaria alcanzó niveles “inimaginables” tras casi dos años de guerra entre Israel y los militantes palestinos de Hamás. El secretario general de la ONU, António Guterres, ha advertido desde hace tiempo sobre una “catástrofe humanitaria épica” en el enclave de más de 2 millones de personas.
El mes pasado, el presidente estadounidense Donald Trump dijo que muchas personas allí estaban muriendo de hambre, colocándose en desacuerdo con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien ha insistido en que no hay hambruna.
Israel controla el acceso a Gaza
Israel controla todos los accesos al enclave. COGAT, el brazo militar que supervisa el flujo de ayuda, afirmó este viernes que el informe del IPC ignoró datos israelíes sobre la entrega de ayuda y pasó por alto un reciente aumento en el ingreso de alimentos.
“COGAT rechaza categóricamente la afirmación de que hay hambruna en la Franja de Gaza, y en particular en Ciudad de Gaza”, dijo la agencia, tildando el reporte de “no profesional”.
La ONU ha denunciado durante meses los obstáculos para ingresar y distribuir ayuda en la zona de guerra, atribuyéndolos a Israel y al desgobierno. Israel, por su parte, critica la operación liderada por Naciones Unidas y acusa a Hamás de robar ayuda, algo que los militantes niegan.
El IPC aclaró que su análisis solo cubrió a las poblaciones de Gaza, Deir al-Balah y Khan Younis. No pudo clasificar la gobernación de Gaza Norte debido a las restricciones de acceso y la falta de datos, y excluyó la región sureña de Rafah por estar prácticamente despoblada.
Es la quinta vez en los últimos 14 años que el IPC determina la existencia de hambruna. La iniciativa reúne a 21 organizaciones humanitarias, agencias de la ONU y organismos regionales, con financiamiento de la Unión Europea, Alemania, Reino Unido y Canadá.
El organismo ya había confirmado hambrunas en Somalia en 2011, Sudán del Sur en 2017 y 2020, y en Sudán en 2024. El IPC aclara que no “declara” hambrunas, sino que provee análisis para que gobiernos y otras entidades lo hagan.
Una encuesta de Reuters/Ipsos publicada esta semana mostró que el 65% de los estadounidenses cree que EE. UU. debería ayudar a quienes pasan hambre en Gaza.
Israel ha contado históricamente con el apoyo militar y diplomático de EE. UU., su aliado más poderoso. Un deterioro de ese respaldo público sería una señal preocupante para el gobierno israelí, que enfrenta no solo a Hamás en Gaza, sino también tensiones no resueltas con Irán, su principal adversario regional.
La guerra en Gaza estalló el 7 de octubre de 2023, cuando Hamás mató a 1.200 personas en el sur de Israel y secuestró a unas 250, según cifras israelíes. Desde entonces, la ofensiva militar israelí ha causado más de 62.000 muertes palestinas, de acuerdo con las autoridades sanitarias de Gaza.