BUENOS AIRES.- Tal como publicó el periodista Hugo Alconada Mon en el diario argentino La Nación, el estadounidense Hayden Mark Davis —el joven empresario detrás del fallido lanzamiento de la criptomoneda $LIBRA— desplegó en noviembre de 2023 una ofensiva discreta, pero ambiciosa: buscó llegar a la cúspide política del Paraguay y, días después, logró ingresar a la Casa Rosada en Buenos Aires, donde se reunió con Javier Milei.
Según reconstruyó La Nación, Davis no viajó solo. Lo acompañó Glenn Brooks Heard, un empresario que se presentó como su “tío”, con quien se trasladó en un jet Hawker 800XP en una gira relámpago que incluyó escalas en Neuquén, Tierra del Fuego, Catamarca, Salta y Asunción. En cada parada, la dupla intentó seducir a funcionarios y empresarios con proyectos de inversión en energía, minería y blockchain.
La escala en Asunción
El capítulo paraguayo fue uno de los más delicados. Davis y Heard buscaron entrevistarse con el presidente Santiago Peña y con el expresidente Horacio Cartes. No lo lograron, pero sí accedieron a su círculo cercano.
Entre otros, se reunieron con el abogado y exsenador Víctor Galeano Perrone —figura polémica vinculada en el pasado al magnicidio del vicepresidente Luis María Argaña— y con Luis Fernando Canillas, exasesor de la Entidad Binacional Yacyretá, también sobreseído en aquella causa.
Galeano Perrone confirmó a La Nación que los recibió: “Me reuní con Heard y su comitiva, sí. Buscaban oportunidades de inversión, sobre todo en energía alternativa. Les di una imagen del país distinta a la que suele difundirse”.
Canillas, por su parte, reconoció haber visitado a los norteamericanos en su hotel: “Fue más una reunión social que comercial”, dijo.
La agenda también incluyó al viceministro de Minas y Energía, Mauricio Bejarano, y a ejecutivos del Grupo Zapag, con intereses en celulosa y combustibles. Sin embargo, el encuentro con Peña no prosperó, y el intento de llegar a Cartes tampoco.
De Asunción, la comitiva volvió a Buenos Aires. El 21 de noviembre ingresaron a la Casa Rosada bajo autorización de Karina Milei, hermana y mano derecha del Presidente.

Allí también estuvo Mauricio Novelli, uno de los organizadores del evento Tech Forum vinculado al universo cripto. Aunque el encuentro no figura en el Registro de Audiencias oficial, sí aparece en los registros de ingreso a la sede de gobierno. Esa noche, Davis celebró en el hotel Four Seasons: “Milei nos firmó todo”, se jactó, según relataron testigos a La Nación.
En las semanas siguientes, Davis se presentó ante potenciales inversores como un operador privilegiado. Incluso llegó a afirmar en mensajes privados: “Podemos hacer que Milei tuitee, haga reuniones en persona y haga una promoción. Yo controlo a ese nigga. Le envío $$ a su hermana [Karina] y él firma lo que digo y hace lo que quiero”.
La gira de Hayden Davis por Sudamérica estuvo marcada por un patrón repetido: desembarcos ruidosos, reuniones con funcionarios de segunda línea y promesas de grandes inversiones que nunca se materializaron.
En cada parada —desde Vaca Muerta hasta el litio de Salta, pasando por la hidrovía paraguaya—, el relato fue el mismo: proyectos “muy grandes” en áreas estratégicas, respaldados por un supuesto acceso directo a los presidentes.
Pero el historial de Davis —asociado al colapso de $LIBRA, una criptomoneda que prometía revolucionar el mercado y terminó en escándalo— arroja dudas sobre sus verdaderos objetivos. Para algunos de los que lo recibieron, fue apenas un aventurero con contactos dudosos. Para otros, un lobista en busca de legitimidad política que utilizó el nombre de Milei y Peña como llave de acceso a nuevos negocios.
Lo cierto es que Davis y Heard intentaron, y en parte lograron, acercarse a las máximas esferas del poder regional. La pregunta que queda abierta es quién los habilitó, qué buscaban realmente y hasta dónde llegaron las promesas de un empresario que ya mostró, con $LIBRA, que sus ambiciones podían desinflarse tan rápido como sus discursos.

