CANBERRA.- Unas 100.000 personas tuvieron que abandonar cinco localidades cercanas a Melbourne este lunes mientras la ola de indomables incendios continúa arrasando Australia.
Un bombero voluntario perdió la vida luchando contra las llamas en el el interior del país.
Autoridades de Melbourne, la segunda ciudad más poblada del país, declararon el estado de emergencia por el fuego y exhortaron a los residentes a “actuar inmediatamente para sobrevivir”.
Asimismo, en la ciudad suroriental de Mallacoota, alrededor de 4.000 residentes se refugiaron a la orilla del muelle, cuando los vientos empujaron un incendio forestal hacia sus viviendas. El pueblo estaba envuelto en la oscuridad por el humo y al menos siete personas se encuentran desaparecidas.
El jefe de Gobierno de Victoria, Daniel Andrews, dijo que se teme por la situación de cuatro personas que aún no han sido localizadas en las zonas donde hay varios focos en este estado del sureste del país, que también ha provocado “pérdidas muy significativas de propiedades, ganado y cultivos”.
La prensa local mostró imágenes de bomberos sobrevolando barros residenciales y de familias mojando sus viviendas con agua con la esperanza de poder detener las llamas.
Australia se ha visto sumergido en esta devastadora estación de incendios, que se ha visto incrementada por una prolongada sequía y por el cambio climático, sin mencionar las altas temperaturas y el viento seco que hace imposible controlar los fuegos.
En Nueva Gales del Sur (sureste) un bombero voluntario murió y otros dos sufrieron quemaduras graves después de más de cinco horas combatiendo el fuego en el suroeste de Sídney, informaron los servicios rurales de incendios.
En total once personas han muerto, más de mil viviendas han sido calcinadas y más de tres millones de hectáreas, un área más grande que Bélgica, han sido devastadas.
Sídney y otras grandes ciudades se han visto envueltas, además, en humos tóxicos durante semanas, lo que ha obligado a los niños a permanecer en sus casas y ha provocado la cancelación de importantes eventos deportivos profesionales.
Canberra, la capital, ha tenido que cancelar los fuegos artificiales de Año Nuevo por una prohibición que afecta ese territorio, una medida secundada por varias localidades de la región.
En Sídney también circula una petición para cancelar los famosos fuegos artificiales de Año Nuevo y emplear ese dinero para la lucha contra los incendios que ha recaudado ya 270.000 firmas, sin embargo las autoridades han dicho que de todas maneras los realizarán.