MOSCÚ.- Cientos de ciudades y pueblos rusos están envueltas en un espeso humo proveniente de los incendios en Siberia y el Extremo Oriente. Un gran incendio sin control está creciendo en esa zona.
La devastación de este incendio es tan grande que su extension equivale a la de Bélgica y su gran columna de humo ya cubrió el oriente de Rusia y parte de Mongolia.
El gobierno de Vladimir Putin declaró el estado de emergencia en las regiones de: Irkutsk, Buyartia, Sakha y Krasnoyarsk. Se cree que el fuego inició por relámpagos.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ofreció esta semana el apoyo de su país para ayudar a combatir el fuego. Al parecer, tras mostrarse agradecido Putin señaló que aceptará la propuesta en caso de necesitarla.
Aunque los incendios no han alcanzado zonas pobladas, el denso humo que produce afecta a unas 800 comunidades. De acuerdo, con los datos de las autoridades, incluidas grandes urbes como Novosibirsk, Krasnoyarsk y Chita.
Según esas cifras, actualmente hay 246 focos activos de incendios que abarcan ya casi tres millones de hectáreas de bosque. Según cálculos de Greenpeace, la situación es peor y las llamas se extienden a cuatro millones.
El combate al fuego se complica, ya que muchos de los focos se encuentran en zonas inhóspitas de difícil acceso.
En caso de no lograr dominar las llamas, en una carrera contrarreloj, surge otro peligro grave: que los incendios se extiendan a la turba del subsuelo, con lo que se vuelven subterráneos y se hace más difícil apagarlos.
Putin ordenó que el Departamento ruso de Defensa se sumará a la lucha contra los incendios. Antes de la orden presidencial, ya participaban 3.000 personas con cerca de 400 equipos especializados, incluidos aviones.
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