Investigan muertes sospechosas ligadas a Odebrecht

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BOGOTÁ.-  La Fiscalía General de Colombia anunció este martes la apertura de una investigación penal para aclarar los hechos que llevaron a la muerte de Alejandro Pizano, hijo de un importante testigo en el caso de sobornos de la brasileña Odebrecht en el país cafetero. 

En un comunicado la Fiscalía indicó que “las pruebas recaudadas en la residencia de sus padres indican que la víctima habría encontrado el cianuro en una botella de agua saboreada que se hallaba en el escritorio de su padre, de la cual ingirió un sorbo”. 

De acuerdo al documento, personas allegadas ala familia del fallecido advirtieron que después de la ingesta del agua, la víctima advirtió un mal sabor e «intentó expulsar el liquido”, pese a que “pocos minutos después, presentó fuertes molestias estomacales y falleció camino al hospital”. 

Alejandro Pizano, quien falleció el fin de semana, era el hijo menor de Jorge Enrique Pizano, testigo clave en el caso Odebrecht y que a su vez murió el jueves pasado por un infarto. 

Jorge Enrique Pizano había advertido en 2012 acerca de irregularidades en la contratación con la multinacional brasileña para la construcción de una obra de infraestructura conocida en ese país como la Ruta del Sol II, para la cual Odebrecht pagó millonarios sobornos para quedarse con la licitación. 

Pizano advirtió entonces en 2015 de los sobornos al entonces abogado de Corficolombiana, empresa socia de Odebrecht, Néstor Martínez, quien hoy es el fiscal general de la nación. 

Senadores de izquierda, como Jorge Robledo, pidió en el pleno del Senado otro debate sobre la corrupción en la obra de la Ruta del Sol II, al tiempo que exhortó a Martínez a renunciar a su cargo, ya que a su consideración el fiscal enfrenta un conflicto de interés para investigar el caso. 

En conclusión, padre e hijo fallecieron entre jueves y domingo, y aunque en principio se creyó que fue por causas naturales, la autopsia de Alejandro Pizano, hijo, reveló un presunto envenenamiento. 

La corrupción en Colombia es sistemática y continúa siendo el principal escenario político, al igual que en los años noventa cuando el narcotráfico atemorizó al país solo cambiaron los actores. Lo cual contradice contundentemente la retórica presidencial de «quien la hace la paga».