BUENOS AIRES.— Aunque JP Morgan adoptó una postura “constructiva” respecto a las perspectivas de Argentina en el mediano plazo y celebró la marcada desaceleración inflacionaria, el banco de inversión emitió un informe en el que aconseja recortar la exposición a la deuda en pesos del país al menos hasta después de las elecciones legislativas del 26 de octubre.
“Preferimos reducir el riesgo por ahora”, sostuvieron los analistas de la entidad —la misma que calcula el índice de riesgo país—, en una señal de cautela frente a los desafíos inmediatos del escenario político y financiero argentino.
En su evaluación, el banco destacó logros del gobierno de Javier Milei, como la desinflación sostenida, subrayando que la inflación de mayo “rompió de forma decisiva el umbral del 2% mensual”.
También elogió la relajación de los controles cambiarios, a la que consideró un paso clave para disminuir vulnerabilidades del plan económico, y valoró el “esfuerzo fiscal firme”, que se tradujo en un superávit primario acumulado de 0,8% del PBI en lo que va del año.
Sin embargo, el informe marca un cambio de tono respecto de abril, cuando JP Morgan había recomendado aprovechar la estrategia de carry trade tras la flexibilización parcial del cepo. Esta estrategia consiste en tomar deuda en monedas de baja tasa para invertir en instrumentos locales con rendimientos más elevados, aprovechando el diferencial de tasas.
En esta ocasión, el banco justifica su prudencia señalando la combinación de factores que podrían generar volatilidad en el corto plazo: el fin de la estacionalidad positiva por la cosecha agrícola, salidas de divisas por turismo, tensiones cambiarias que derivaron en intervenciones en los mercados de futuros, y la incertidumbre electoral.
“Preferimos dar un paso atrás y esperar mejores niveles de entrada para volver a posicionarnos en el mercado local de bonos en pesos”, concluyó JP Morgan, dejando entrever que, si bien los fundamentos mejoraron, el timing político sigue siendo determinante para el riesgo argentino.
