WASHINGTON.— Una división interna dentro de la Reserva Federal y la falta de datos oficiales del gobierno podrían impedir nuevos recortes de tasas este año, advirtió el presidente de la Fed, Jerome Powell, este miércoles, al reconocer los riesgos que los funcionarios observan en el mercado laboral y, al mismo tiempo, el peligro de seguir ajustando sin una visión completa de la economía.
El banco central redujo la tasa de interés en 25 puntos básicos, tal como se esperaba, para evitar un mayor enfriamiento del empleo. Sin embargo, el nuevo comunicado de política monetaria incluyó múltiples referencias a la ausencia de datos oficiales debido al cierre del gobierno federal, y Powell señaló luego que los funcionarios podrían mostrarse más cautelosos si se quedan sin informes adicionales sobre empleo e inflación.
“Vamos a recopilar toda la información que podamos, evaluarla con cuidado y pensar a fondo en ella. Ese es nuestro trabajo”, dijo Powell en conferencia de prensa tras la reunión de dos días. Explicó que la Fed recurrirá a datos privados, encuestas propias a empresarios y entrevistas informales con contactos en todo el país.
“Si me preguntan si esto podría afectar la reunión de diciembre… no digo que vaya a hacerlo, pero sí, podrían imaginarlo. Si estás manejando en la niebla, desaceleras.”
Las declaraciones reflejan el dilema que enfrenta la Fed, en medio del conflicto presupuestario entre la administración Trump y los demócratas del Congreso, que ya entra en su segundo mes y ha paralizado la publicación de informes clave para las decisiones de política monetaria —una situación que podría retrasar los recortes de tasas que el propio Trump reclama.
Además del problema de los datos, Powell reconoció “fuertes diferencias de opinión” entre los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto sobre el camino a seguir, con una “creciente mayoría que considera prudente hacer una pausa” antes de nuevos recortes.
Los mercados reaccionaron de inmediato: las apuestas a un nuevo recorte en la reunión del 9 y 10 de diciembre se redujeron, con probabilidades cercanas a 2 a 1. El S&P 500 terminó la jornada prácticamente estable, tras ceder las ganancias iniciales.
“Powell marcó explícitamente una pausa entre esta decisión y las futuras”, explicó Michael Pearce, economista jefe adjunto de Oxford Economics, recordando que la Fed había bajado tasas en septiembre y octubre de forma consecutiva, pese a que varios funcionarios temen que la inflación vuelva a acelerarse en lo que resta de 2025.
Incluso quienes han enfatizado la debilidad del mercado laboral coinciden ahora en que la Fed debe actuar con mayor prudencia.
Powell describió un panorama mixto, con consumidores de ingresos bajos bajo presión, mientras los de mayores ingresos mantienen un gasto sólido, y con la inversión empresarial aun sosteniendo el crecimiento, aunque sin traducirse en un empleo más fuerte.
El último recorte contó con 10 votos a favor y 2 en contra.
El gobernador Stephen Miran pidió un recorte más profundo, mientras que el presidente de la Fed de Kansas City, Jeffrey Schmid, se opuso a cualquier reducción ante la persistencia de la inflación.
Fue apenas la tercera vez desde 1990 que los responsables de política monetaria disienten en direcciones opuestas, según la Fed de St. Louis, lo que refleja una marcada división interna sobre el rumbo económico.
Powell calificó el resultado como una “decisión sólida”, que reduce la tasa de referencia a un rango de 3,75%-4,00%, y reafirmó que busca apoyar un enfriamiento gradual del mercado laboral.
“Hubo diferencias fuertes sobre cómo proceder en diciembre”, reconoció —una franqueza poco habitual para un presidente de la Fed—.
“Otro recorte no está garantizado. De hecho, la política no está predeterminada.”
Powell sostuvo que la tasa actual sigue siendo “moderadamente restrictiva”, ejerciendo presión a la baja sobre la inflación, que podría subir temporalmente en los próximos meses por los aranceles de importación impuestos por la administración Trump, antes de volver a bajar.
“No sería apropiado ignorar el tema de la inflación, aunque el riesgo de una inflación más alta y persistente ha disminuido notablemente desde abril”, dijo. “Queremos terminar este ciclo con el mercado laboral en buena forma y la inflación encaminada al 2%.”
Los responsables de política reconocieron las limitaciones del cierre de gobierno, señalando que su evaluación del desempleo se remonta a agosto —el último mes con datos oficiales—, aunque otros indicadores sugieren que la economía sigue creciendo a un ritmo moderado.
La inflación, según el índice PCE, subió del 2,3% en abril al 2,7% en agosto, por debajo de lo esperado, aunque la Fed proyecta que cerrará el año cerca del 3%.
Además, la institución anunció que reanudaría la compra limitada de bonos del Tesoro, tras detectar signos de escasez de liquidez en los mercados monetarios.
La medida pondrá fin a la reducción de su balance de 6,61 billones de dólares a partir del 1 de diciembre, manteniendo estable el monto total, pero reorientando sus reinversiones desde títulos hipotecarios hacia bonos del Tesoro a corto plazo.
