CARACAS.— La suspensión de vuelos internacionales hacia Venezuela empieza a golpear de lleno al sector privado: limita la llegada de insumos críticos y añade presión a una cadena de suministro ya frágil.
Empresarios de La Guaira advierten que la dependencia de materias primas y productos importados amplifica el impacto en un país donde buena parte de la industria funciona con abastecimiento externo.
El cierre aéreo afecta sobre todo a las cargas pequeñas y urgentes que viajaban en bodegas de vuelos comerciales: repuestos, cauchos, medicamentos y materia prima indispensable para mantener operativas diversas líneas productivas.
“La industria nacional depende de la importación de materia prima, productos terminados y semiterminados”, recordó Eduardo Quintana, presidente regional de Fedecámaras La Guaira, al subrayar que el transporte aéreo cubría un volumen reducido pero crítico para la actividad industrial.
Ante la interrupción de vuelos, las empresas han comenzado a desviar cargas hacia Curazao —para reingresarlas por vía marítima— o hacia Colombia y Brasil, para su entrada por tierra.
Estas rutas mantienen el flujo de mercancías, pero a un costo elevado: incrementan los plazos y encarecen la logística en un momento de debilidad comercial. Curazao se usa principalmente para productos ligeros y de alto valor añadido, mientras que Colombia y Brasil absorben cargas vinculadas a sectores industriales.
El problema llega en un contexto complejo: Venezuela busca recomponer su comercio exterior tras años de restricciones y contracción económica. Informes internacionales señalan que interrupciones como la actual pueden aumentar los costos totales entre 15% y 40%, dependiendo del tipo de mercancía y la distancia del desvío.
Para muchas compañías, especialmente las que dependen de importaciones urgentes, la falta de vuelos comerciales implica más demoras y mayores gastos.
Aunque las soluciones alternativas han permitido sostener parte de la operatividad, el empresariado insiste en que restablecer las conexiones aéreas es clave para evitar una mayor contracción de la actividad productiva.
Según cámaras sectoriales, el desvío de cargas a países vecinos puede elevar hasta un 40% el costo de importación en mercancías vinculadas a la industria. La preocupación es clara: cada día con el espacio aéreo cerrado suma presión a un sistema logístico que ya venía al límite.

