FINANZAS.- Durante décadas, las empresas dependieron de la banca tradicional, las emisiones de deuda o la salida a bolsa para financiar su crecimiento. Pero en los últimos cinco años apareció un nuevo jugador en el tablero global: la tokenización de activos, un mecanismo que permite digitalizar y representar cualquier activo real en la blockchain, fraccionando su valor y abriendo la puerta a un universo mucho más amplio de inversores.
Lo que comenzó como un experimento dentro del ecosistema cripto hoy se consolida como un canal formal y creciente de captación de capital. Compañías de real estate, minería, deporte profesional y firmas que buscan abrir parte de su capital accionario ya están explorando este modelo. Y todo indica que la tendencia recién empieza.
¿Qué significa tokenizar un activo?
Tokenizar un activo implica crear una representación digital segura e indivisible de un bien físico o financiero en la blockchain. Cada token equivale a una fracción del activo original.
Por ejemplo, una propiedad de un millón de dólares puede dividirse en un millón de tokens de un dólar cada uno, lo que permite que un inversor minorista, desde cualquier parte del mundo, participe en un proyecto inmobiliario que antes le habría sido inaccesible.
Más allá de la fracción, la gran ventaja es la liquidez: estos tokens pueden negociarse en mercados secundarios digitales, transformando activos tradicionalmente inmóviles —como inmuebles o derechos mineros— en instrumentos dinámicos y comerciables.
Los verticales que más crecen
Aunque la tokenización tiene potencial en casi todos los sectores, algunos avanzan con especial tracción:
- Real estate: desarrolladoras y fondos inmobiliarios tokenizan propiedades para atraer inversores globales.
- Minería: recursos como el litio o el oro no extraído se tokenizan como reservas de valor y fuente de financiamiento.
- Fútbol profesional: desde contratos de jugadores hasta derechos de imagen o patrimonio histórico, el deporte más popular también entra en la lógica inversora digital.
- Acciones empresariales: compañías medianas tokenizan parte de su capital accionario como alternativa a los mercados tradicionales.
“El interés que vemos en verticales como real estate, minería o fútbol demuestra que el mercado ya lo validó”, afirma Marcelo Erlitz, COO de Spain41, firma especializada en modelos de tokenización. “La tokenización no reemplaza a los mercados tradicionales, pero sí ofrece un canal más ágil, flexible y global”.
Latinoamérica: el laboratorio perfecto
Con abundancia de activos estratégicos y una necesidad crónica de financiamiento, Latinoamérica emerge como un terreno fértil para la expansión de este modelo.
La combinación de recursos naturales, activos culturales de valor único y una rápida adopción tecnológica convierte a la región en foco de atención de los capitales internacionales.
“La tokenización no solo abre puertas, también democratiza el acceso a la inversión”, explica Finkelberg. “Inversores que antes estaban excluidos pueden participar de manera segura y transparente. Y eso genera un círculo virtuoso: más financiamiento para proyectos locales, más inclusión y más desarrollo”.
Regulación: el paso que falta
El gran desafío no es técnico, sino jurídico. Mientras Europa y Estados Unidos avanzan con marcos normativos que aportan certidumbre, en América Latina el proceso recién empieza.
“La tecnología está lista y los casos de uso son sólidos”, subraya Finkelberg.
“Lo que falta es acelerar marcos regulatorios claros, que den confianza a emisores e inversores. Ese paso es clave para que la tokenización sea un motor sostenido de desarrollo y no una moda pasajera”, agrega.
Un nuevo paradigma financiero
La tokenización no solo abre nuevas fuentes de financiación: redefine el concepto mismo de acceso al capital. Permite que startups, proyectos culturales y emprendimientos de impacto social encuentren el apoyo que antes estaba fuera de su alcance.
Con trazabilidad, transparencia y alcance global, esta tecnología marca una diferencia estructural frente a los métodos tradicionales.
Latinoamérica tiene —tal vez como nunca antes— la oportunidad de liderar un modelo de financiamiento más abierto, eficiente y descentralizado.
Empresas como Spain41 ya están mostrando el camino. Lo que parecía una utopía digital hoy se perfila como una herramienta concreta de desarrollo económico, capaz de conectar recursos, talento y capital en una misma red.

