BRUSELAS.— Los negociadores de la Unión Europea y Estados Unidos se encaminan a otra semana de conversaciones intensivas, mientras intentan alcanzar un acuerdo comercial antes del 1 de agosto, fecha en la que el presidente estadounidense, Donald Trump, ha amenazado con imponer aranceles del 30% a la mayoría de las exportaciones europeas.
Funcionarios en Bruselas están dispuestos a aceptar un acuerdo desequilibrado que favorezca a EE.UU., si eso es lo necesario para destrabar el estancamiento antes de la fecha límite.
Sin embargo, ambas partes aún no han logrado un avance decisivo, a pesar de una ronda anterior de negociaciones celebrada la semana pasada en Washington, según personas familiarizadas con el asunto.
Por ello, la UE también está intensificando sus preparativos para una posible represalia en caso de que no se llegue a un acuerdo. Los representantes del bloque se reunirían esta misma semana para elaborar un plan de respuesta ante un eventual “no acuerdo” con Trump, cuya postura negociadora en torno a los aranceles se ha endurecido de cara al plazo final.
Según esas fuentes, EE.UU. ahora estaría presionando por un arancel casi universal superior al 10% para los productos europeos, con muy pocas exenciones limitadas a la aviación, ciertos dispositivos médicos, medicamentos genéricos, algunas bebidas alcohólicas y un conjunto específico de maquinaria industrial que necesita.
Un vocero de la Comisión Europea, que se encarga de los asuntos comerciales del bloque, declinó hacer comentarios sobre las negociaciones en curso.
Las partes también han discutido un posible techo para ciertos sectores, así como cuotas para el acero y el aluminio, y un mecanismo para blindar las cadenas de suministro de fuentes que saturan el mercado de esos metales, indicaron las fuentes. Aun si se alcanzara un acuerdo, se necesitaría la aprobación final de Trump, cuya posición todavía no es clara, advirtieron.
“Confío en que lograremos un acuerdo”, dijo el secretario de Comercio de EE.UU., Howard Lutnick, el domingo en el programa Face the Nation de CBS. “Creo que estos países clave entenderán que es mejor abrir sus mercados a Estados Unidos que pagar un arancel significativo”.
Lutnick añadió que ese mismo domingo había hablado con los negociadores comerciales europeos.
La carta de Trump
El presidente estadounidense envió una carta a la UE a principios de mes, advirtiendo que el bloque enfrentará aranceles del 30% sobre la mayoría de sus exportaciones a partir del 1 de agosto. Además del arancel universal, Trump ya impuso un gravamen del 25% a automóviles y autopartes, y otro del 50% al acero y aluminio. También ha amenazado con aplicar nuevos aranceles a los sectores farmacéutico y de semiconductores a partir del mes próximo, y recientemente anunció un arancel del 50% al cobre.
En total, la UE estima que los aranceles estadounidenses ya cubren 380.000 millones de euros (unos 442.000 millones de dólares), es decir, alrededor del 70% de sus exportaciones hacia Estados Unidos.
Antes de la carta de Trump, Bruselas era optimista respecto a estar cerca de un marco inicial que permitiría seguir negociando en torno a un arancel general del 10% para muchas exportaciones del bloque. La UE busca mayores exenciones de las que Washington está dispuesto a conceder, así como mecanismos para protegerse de futuros aranceles sectoriales.
Aunque el bloque ha aceptado desde el principio que cualquier acuerdo será asimétrico en favor de EE.UU., evaluará el grado de desequilibrio general del acuerdo antes de decidir si activa medidas de reequilibrio, según informó Bloomberg anteriormente.
El nivel de impacto que los Estados miembros están dispuestos a tolerar varía, y algunos estarían dispuestos a aceptar aranceles más altos si se garantizan suficientes exenciones, señalaron las fuentes.

