FINANZAS.— Seis meses después de que Wall Street trazara sus proyecciones para 2025, los conflictos globales y el impredecible accionar del presidente Donald Trump han hecho añicos las suposiciones sobre la fortaleza y el liderazgo de los activos estadounidenses y de su economía. Como resultado, los activos favoritos del mercado quedaron por el suelo, y surgieron ganadores inesperados.
Tal como se preveía, los movimientos en los mercados de bonos soberanos fueron bruscos, el yen japonés repuntó y los mercados emergentes comenzaron finalmente a mostrar señales de recuperación.
Pero pocos anticiparon que el dólar estadounidense, símbolo del excepcionalismo de EE.UU., sufriría una caída tan profunda, ni que el S&P 500 viviría una caída vertiginosa seguida de un repunte igualmente acelerado. Mientras tanto, el mercado bursátil europeo pasó de ser irrelevante a convertirse en una inversión imprescindible para muchos fondos.
“Ha habido una evolución muy significativa en los mercados en los últimos seis meses”, señaló Simon Dangoor, jefe de estrategias macro de renta fija en Goldman Sachs Asset Management. “Cualquier apuesta basada en tendencias de mediano plazo fue puesta a prueba”.
Así se han comportado algunos activos clave en lo que va del año:
Dólar estadounidense
Las políticas de Trump —bajos impuestos y altos aranceles— se esperaban como catalizadores de inflación, reduciendo la probabilidad de recortes de tasas por parte de la Fed. Eso debía apuntalar la supremacía del dólar al menos hasta fines de 2025. Sin embargo, un índice de Bloomberg que mide su desempeño ha registrado el peor arranque de año desde al menos 2005, y su hegemonía está cada vez más en entredicho.
Los aranceles del «Día de la Liberación», implementados a comienzos de abril, fueron tan amplios y punitivos que encendieron temores de recesión en EE.UU. y alimentaron especulaciones de que Trump estaría intentando debilitar el dólar deliberadamente para impulsar la industria manufacturera local. Es una estrategia riesgosa: EE.UU. depende de los inversores extranjeros para financiar su enorme deuda, y un dólar débil reduce el retorno de esos bonos.
Societe Generale, Morgan Stanley y JPMorgan no esperaban un giro tan temprano en el comportamiento del dólar, y preveían una caída gradual hacia fin de año. Ahora, el equipo de JPMorgan liderado por Meera Chandan advierte que la desconexión del dólar con las tasas y las acciones podría señalar debilidades estructurales. Proyectan una nueva caída del 2% en su valor de referencia hacia diciembre.
Acciones estadounidenses
Los inversores iniciaron el año con una exposición récord a acciones de EE.UU., impulsados por una economía sólida y el entusiasmo en torno a la inteligencia artificial. Pero ese optimismo se desvaneció rápidamente: primero, por el ascenso de DeepSeek, una startup china que desafió el liderazgo estadounidense en IA; luego, por el temor de que los aranceles de Trump empujaran a la economía hacia una recesión.
Entre un pico en febrero y un mínimo en abril, se esfumaron 7 billones de dólares en capitalización del índice Nasdaq 100, dominado por tecnológicas. Una encuesta de Bank of America mostró la mayor caída histórica en la exposición a acciones estadounidenses en marzo. Para comienzos de abril, quedaban pocos alcistas en Wall Street.
Sin embargo, la decisión de Trump a fines de ese mes de pausar algunos de los aranceles más agresivos en un siglo marcó un punto de inflexión. El S&P 500 volvió a tocar máximos históricos, impulsado por datos que muestran que la economía sigue en marcha y por un renovado apetito por las grandes tecnológicas. Tras meses de turbulencias, los estrategas en Wall Street adoptan ahora un tono más optimista respecto al segundo semestre.
“Sigo tan alcista como siempre con las acciones de EE.UU.”, afirmó Marija Veitmane, estratega sénior multiactivo en State Street Global Markets. “Ofrecen la mejor historia de ganancias, con el crecimiento más rápido y más predecible. Los inversores institucionales volvieron a comprar a mediados de abril y no han mirado atrás desde entonces”.
Monedas asiáticas
Con el Banco de Japón dispuesto a subir tasas mientras otros bancos centrales las recortaban, muchos traders comenzaron 2025 apostando por un rally del yen. Entre quienes acertaron se encuentran JPMorgan Asset Management y Brandywine Global Investment Management, ya que la moneda japonesa se ha apreciado casi un 9% frente al dólar, alcanzando los 145 yenes por dólar este año.
El yen recibió un impulso adicional en abril debido al aumento en la demanda de activos refugio, en medio del caos generado por los aranceles de Trump. Mark Nash, de Jupiter Asset Management, quien tomó posición a favor del yen en enero, proyecta que la moneda podría alcanzar los 120 por dólar hacia fin de año, lo que representaría una apreciación cercana al 17% desde los niveles actuales.