SANTIAGO.- Extender y endurecer la cuarentena o volver a la normalidad. Es el debate de los presidentes de América Latina, hoy atrapados en el dilema entre la economía y el COVID-19 que no parece detenerse.
En mayo, Chile fue el primer país que, sobrepasado por el número de casos, dio marcha atrás luego de flexibilizar la cuarentena y dictó nuevamente un confinamiento nacional y el cierre de la economía.
El Gobierno de Sebastián Piñera extendió esta semana por 90 días la cuarentena iniciada el 25 de marzo. Lo mismo hizo Ecuador (60 días), Panamá (desde el 8 de junio y por géneros), y algunas regiones de Argentina y Colombia, entre otros países.
En Argentina, el presidente Alberto Fernández reconoció que “la velocidad de contagios actualmente es más alta”, y advirtió que, siguiendo ese criterio, “habría que volver a la cuarentena absoluta”.
En las próximas horas, el mandatario anunciará una nueva extensión del aislamiento preventivo obligatorio que, se cree, será hasta septiembre.
“Todos aquellos países que no solo se ocuparon de buscar camas de terapia o respiradores sino que se han preocupado por ir a la comunidad rastreando casos y contactos son los que hoy tienen mejores resultados”, afirma la epidemióloga Ángela Gentile, integrante del comité de Salud que asesora al Gobierno argentino.
En Peru, los casos del coronavirus llegaron a 240.000 este miércoles superando a los de Italia para ubicarse en el séptimo lugar entre los países con más contagios del mundo, pese a que el ritmo de avance de la enfermedad se está moderando en los últimos días.
La cifra de infectados en el país andino es la segunda más alta en América Latina, después de Brasil. El Gobierno de Martín Vizcarra extendió la cuarentena nacional hasta el 30 de junio, cuando aún hay focos de contagio en mercados populares, ventas calderas y el transporte público.
No obstante, el país avanza hacia su nueva normalidad y anunció, como informó Último Cable, la reapertura de centros y emporios comerciales para finales de este mes.
Asimismo, el Observatorio de la Educación Virtual de América Latina y el Caribe y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), destacaron que el cierre de instituciones educativas durante más de dos meses en los países de América Latina tiene un costo muy alto para los niños y jóvenes más pobres.
Actualmente hay 156 millones de niños y jóvenes fuera de clases en la región debido a la pandemia, y el 60% de los estudiantes han quedado desconectados por completo del sistema educativo.