ROMA.- El panorama epidemiológico de Europa preocupa al mundo. El continente se convirtió nuevamente en el epicentro de la pandemia, y los gobiernos toman medidas a fin de intentar mitigar la expansión del virus.
Rusia, Francia, Reino Unido, España e Italia han comenzado a implementar estrategias más estrictas con el objetivo de aplacar el impacto de la segunda ola de COVID-19, que amenaza con llevar los sistemas de salud al límite.
Desde el inicio de la emergencia se han notificado 44,6 millones de contagios en todo el mundo y 1,1 millones de víctimas mortales a causa del SARS-CoV-2, según la Universidad Johns Hopkins.
Tras haber registrado el mayor índice de contagios por COVID-19 en la primera ola de la pandemia, Lombardía y su capital Milán, vuelven a figurar como el epicentro de la emergencia en territorio italiano.
Esta área del país, que es considerada como una especie de motor financiero para la nación, ha sido duramente golpeada por los rebrotes del mes de octubre.
Solo en las últimas 24 horas, el Ministerio de Salud reportó la detección de más de 25.000 casos, de los cuales un tercio, 7.558, fueron identificados justamente en Lombardía, zona que suma más de 170.000 infectados.
De manera general, Italia acumula más de 589.000 infectados y 37.000 fallecidos por coronavirus y en las provincias de Bérgamo y Lodi, recordadas por las caravanas de ataúdes que coparon la atención de la prensa internacional, el panorama es cada vez más preocupante.
El máximo responsable de Urgencias en Lombardía, Guido Bertolini, aseguró que la situación es “dramática”, por lo que se requiere la implementación de más restricciones.
En ese sentido, los representantes de los principales hospitales instaron al Gobierno a definir acciones inmediatas y que controlen la expansión del brote.