MINSK.— Quería ir a Moscú, pero ahora se dirige a Minsk. El jefe del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, ya estaba en camino hacia la capital rusa cuando el despacho presidencial de Bielorrusia anunció que «Prigozhin aceptó la propuesta del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, de detener el movimiento armado de la compañía Wagner en territorio ruso y de tomar otras medidas para reducir las tensiones».
Lukashenko se convirtió en el protector de Vladímir Putin contra la desestabilización de Rusia, en medio de la guerra en Ucrania. «Estamos muy agradecidos con el presidente bielorruso por sus esfuerzos«, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Incluso un comentarista de la televisión rusa afirmó que Lukashenko «merece un monumento en el mejor lugar de Moscú».
Ya durante la revuelta, se vislumbraba que Lukashenko respaldaría a Putin. Ese día, hablaron al menos dos veces por teléfono. Según el Kremlin, Lukashenko ofreció su mediación a Putin porque él conoce personalmente a Prigozhin desde hace 20 años. Al mismo tiempo, el Consejo de Seguridad bielorruso explicó que «Rusia es un aliado y seguirá siéndolo» y que cualquier conflicto interno en Rusia es «un regalo para el colectivo de Occidente».
Hasta ahora, se conocen pocos detalles sobre el acuerdo negociado entre Lukashenko y Prigozhin, especialmente si Prigozhin se quedará en Minsk o seguirá hacia otro país después de su esperada llegada. Después de la rebelión en Rusia, Lukashenko quiere mantener un estrecho control sobre el líder mercenario.