MINSK.- Ante las protestas que no dan respiro al Ejecutivo y suponen el mayor desafío en los 26 años que lleva en la presidencia, el líder bielorruso Alexander Lukashenko dijo este lunes que está dispuesto a compartir el poder y a modificar la Constitución, pero no bajo la presión de la calle.
Este aparente acuerdo llega después de que Svetlana Tsikhanouskaya, política opositora, dijera desde su exilio en Lituania que estaba dispuesta a dirigir al país.
La líder instó también a las fuerzas de seguridad a cambiar de bando y dejar al gobierno del presidente Alexander Lukashenko, asegurando que de hacerlo ahora, se les perdonaría sus actuaciones pasadas.
En medio de la cada vez más fuerte presión para que ceda el poder, Lukashenko fue abucheado por los trabajadores de una fábrica de automóviles que visitó en Minsk el lunes, que le gritaban “dimisión” mientras intentaba responder a sus preguntas.
El presidente aseguró ante los trabajadores que sólo se celebrarían nuevas elecciones como pide la oposición «por encima de su cadáver”.
Este lunes, El Reino Unido, a través del encargado de la diplomacia, Dominic Saab, dijo que su país “no acepta el resultado de las elecciones presidenciales en Bielorrusia”, y las calificó de “fraudulentas” y pidió una investigación independiente.
Raab solicitó que la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) realice una investigación independiente sobre las elecciones presidenciales.
“El mundo ha observado con horror la violencia utilizada por las autoridades bielorrusas para suprimir las protestas pacíficas que siguieron a esta elección presidencial fraudulenta”.
Asimismo, la agencia de noticas rusa Interfax informó que los empleados de la emisora estatal bielorrusa BT se habían declarado en huelga, después de que varios de sus trabajadores renunciaran públicamente la semana pasada en solidaridad con los manifestantes.
Los líderes de la Unión Europea se reunirán el miércoles por videoconferencia para tratar los acontecimientos en la antigua república soviética, según dijo el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, este lunes a la prensa.