BOGOTÁ.- Lejos de amainar la tensión en Colombia, un total de 1.141 soldados arribaron a la ciudad de Cali en las últimas horas para “recuperar la movilidad y la seguridad de la población civil, debido a los actos de violencia”, cuando se cumplí ya un mes del paro nacional contra el Gobierno de Iván Duque.
“En desarrollo de actividades de asistencia militar, el Ejército Nacional comenzó el despliegue estratégico operacional sobre la ciudad de Cali, con el objetivo de contribuir a mejorar la seguridad, bienestar y movilidad de sus pobladores”, indicó un comunicado de la cartera de Defensa.
Al mismo tiempo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) manifestó su preocupación por la escalada de violencia y reiteró su llamado al Gobierno a castigar los abusos cometidos por la Fuerza Pública y acelerar la negociación entre partes.
“LA CIDH ha emplazado al Estado colombiano a investigar y sancionar los hechos con debida diligencia y enfoque técnico”. Asimismo ha instando al Gobierno a “priorizar el diálogo” y a que “todo uso de la fuerza debe observar principios de legalidad, absoluta necesidad y proporcionalidad”.
En el mismo sentido, el director para las Américas de la ONG Human Rights Watch (HRW), José Miguel Vivianco, ha criticado el decreto del presidente colombiano al ordenar el despliegue de asistencia militar en Cali y en otras regiones del país para restablecer el orden público.
Vivianco advirtió que este decreto tiene “peligrosos vacíos” debido a que las órdenes dadas por Duque “no incluyen referencia explícita a priorizar el diálogo, evitar la fuerza excesiva y respetar los Derechos Humanos”, lo cual “puede tener consecuencias irreparables”.
El Gobierno colombiano cambió este semana su postura respecto a la visita de la CIDH, tras rechazarla en un principio.