CIUDAD DE MÉXICO.— La escasez de chips en todo el mundo obligó a los principales fabricantes de autos en México a cerrar sus puertas, por lo menos por un tiempo, ante la imposibilidad de continuar el proceso de fabricación.
Desde finales de 2020 las compañías líderes en el mercado de microprocesadores, como Samsung y Qualcomm, reportaron problemas para atender la demanda que tenían, consecuencia de la nueva estrategia implantada por la pandemia.
A raíz de los cierres y las restricciones a los viajeros, millones de personas tuvieron que trabajar remotamente o encontrar nuevas formas de entretenimiento; lo que derivó en aumento de la demanda de computadoras y dispositivos móviles, lo que a su vez obligó a los fabricantes a replantear su línea de producción.
Esto afectó directamente a la industria automotriz que depende de los chips, y en el caso de México, obligó a cinco de los principales líderes del ruso a realizar cierres técnicos ante la incapacidad productiva.
Si bien los cierres, o la mayoría de ellos, ocurrió entre enero y marzo, la situación se complicó para el segundo semestre de 2021, como ocurrió para Volkswagen, compañía que tuvo que suspender sus operaciones.
La suspensión de la línea productiva afectó la producción de modelos como la Tiguan, Taos o el Jetta.
En septiembre, General Motors, principal fabricante de autos en México, anunció un segundo cierre temporal de sus plantas en ensamble. Dicho cierre afectó la producción de algunos de los modelos más rentables, como son las pickups y las SUVs.
Asimismo, Kia anunció hace poco que suspenderá sus labores del 11 al 15 de octubre, precisamente por la falta de chips.