GAZA.— Grupos que operan desde áreas de Gaza bajo control israelí afirman que seguirán combatiendo a Hamas pese al asesinato de su comandante más destacado, y reportan más reclutas desde el alto el fuego de octubre mientras aspiran a tener un papel en el futuro del enclave.
Aunque todavía son pequeños y localizados, la aparición de estos grupos ha aumentado la presión sobre el movimiento islamista Hamas y podría complicar los esfuerzos por estabilizar y unificar una Gaza dividida y devastada tras dos años de guerra.
El primer ministro Benjamin Netanyahu reconoció en junio el respaldo israelí a grupos anti-Hamas, diciendo que Israel había “activado” a clanes, aunque desde entonces el gobierno israelí ha dado pocos detalles.
La semana pasada, el hombre considerado clave en la creación de fuerzas anti-Hamas —Yasser Abu Shabab— fue asesinado en la zona de Rafah, en el sur de Gaza. Su grupo, las Fuerzas Populares, dijo que murió mediando en una disputa familiar, sin precisar quién lo mató. Su segundo, Ghassan Duhine, asumió el mando y prometió seguir por el mismo camino.
Hamas, que controla Gaza desde 2007 y hasta ahora se ha negado a desarmarse bajo el plan de alto el fuego, ha calificado a estos grupos como colaboradores, una visión que analistas palestinos dicen que está extendida entre la población. Tras el alto el fuego respaldado por EE.UU., Hamas se movió con rapidez contra palestinos que desafiaron su autoridad, matando a decenas, incluidos algunos acusados de trabajar con Israel.
Casi los 2 millones de habitantes de Gaza viven en zonas controladas por Hamas, donde el grupo ha restablecido su dominio y donde cuatro fuentes de Hamas aseguraron que sigue contando con miles de combatientes pese a los fuertes golpes sufridos durante la guerra.
Pero Israel mantiene el control de más de la mitad del territorio de Gaza: áreas donde operan los opositores de Hamas, fuera de su alcance. Con el plan del presidente Donald Trump para Gaza avanzando lentamente, no hay perspectiva inmediata de nuevas retiradas israelíes.
Tres fuentes de seguridad y militares egipcias dijeron que los grupos respaldados por Israel han incrementado sus actividades desde el alto el fuego, estimando que ahora suman 1.000 combatientes, 400 más desde la tregua.
Egipto, que comparte frontera con Gaza, está profundamente involucrado en las negociaciones sobre el conflicto. Las fuentes esperan que estos grupos intensifiquen aún más sus actividades mientras no haya un acuerdo integral sobre el futuro del enclave.
Un diplomático, que habló bajo condición de anonimato, dijo que los grupos anti-Hamas carecen de base de apoyo popular, pero advirtió que su aparición aumenta las preocupaciones sobre la estabilidad de Gaza, elevando el riesgo de conflictos internos entre palestinos.
Tras la muerte de Abu Shabab, su grupo y otros dos han difundido videos mostrando a decenas de combatientes reunidos, con comandantes elogiándolo como mártir y prometiendo continuar la lucha.
Un video del 5 de diciembre muestra a Duhine diciendo que la muerte de Abu Shabab fue “una pérdida grave” y asegurando que “seguiremos este camino con la misma fuerza e incluso más fuerza”.
Reuters verificó que las imágenes fueron grabadas en el gobernadorato de Rafah —una zona de Gaza donde aún están desplegadas tropas israelíes— mediante el análisis de edificios, muros y árboles que coincidían con archivos y fotos satelitales.
El 7 de diciembre, Duhine anunció la ejecución, a finales de noviembre, de dos hombres identificados como militantes de Hamas, acusándolos de haber matado a un miembro de su grupo. Un funcionario de seguridad de una coalición de grupos militantes liderada por Hamas dijo que esas acciones no “alteran las realidades sobre el terreno”.
Hussam Alastal, jefe de otra facción anti-Hamas en la zona de Jan Yunis, dijo que él y Duhine “acordaron que la guerra contra el terror continuará” durante una visita a la tumba de Abu Shabab en Rafah.
“Este es nuestro proyecto, una nueva Gaza… y avanzará”, dijo Alastal a Reuters por teléfono.
En otra llamada con Reuters a fines de noviembre, Alastal afirmó que su grupo ha recibido armas, dinero y apoyo de “amigos” internacionales, a quienes no identificó. Negó recibir respaldo militar de Israel, pero reconoció contactos con Israel para “coordinar la entrada de alimentos y todos los recursos necesarios para sobrevivir”.
Dijo que hablaba desde dentro de Gaza, en el sector controlado por Israel, cerca de la “línea amarilla”, detrás de la cual Israel se ha retirado. Agregó que su grupo sumó reclutas desde la tregua y ahora cuenta con varios cientos de integrantes, entre combatientes y civiles. Las Fuerzas Populares también han crecido, según una fuente cercana, aunque sin dar cifras.
En respuesta a una consulta, un funcionario del gobierno israelí afirmó: “No faltan palestinos que deseen y estén luchando activamente por liberarse de la represión y la tiranía de Hamas”.
Las Fuerzas Populares no respondieron solicitudes de comentarios enviadas vía Facebook. En el pasado han negado recibir apoyo israelí.
Hamas dijo que la muerte de Abu Shabab fue el “destino inevitable de todos los que traicionaron a su pueblo y su patria”, aunque negó haber tenido participación en el hecho.
El funcionario de seguridad de la coalición liderada por Hamas afirmó que las amenazas de sus adversarios eran “guerra psicológica” orquestada por Israel para “socavar la estabilidad interna”.
El portavoz de Hamas Hazem Qassem dijo que las fuerzas de seguridad perseguirán a los colaboradores “hasta que este fenómeno sea erradicado”, pero reconoció que estos grupos “están protegidos por el ejército de ocupación en las zonas donde operan, lo que dificulta a los aparatos de seguridad”, en comentarios hechos a Reuters antes de la muerte de Abu Shabab.

