WELLINGTON.- Personas de las más ricas del mundo han encontrado un nuevo producto que adquirir: búnkeres pandémicos en Nueva Zelanda. Uno de ellos es el multimillonario cofundador de PayPal Peter Thiel, que escapó en medio de una creciente crisis mundial a un búnker de lujo diseñando para soportar incluso explosiones nucleares.
Reid Hoffman, CEO de LinkedIn, ha descrito esta practicada cada vez más común entre acaudalados como “un seguro de apocalipsis”.
Nueva Zelanda, un país poco poblado en el Hemisferio Sur, ha sido durante mucho tiempo el destino elegido por aquellos poderosos preocupados por el potencial de un evento catastrófico, como un guerra mundial o un ataque nuclear.
Su clima templando y la estabilidad de la sociedad hacen que el país, a 1.000 millas de Australia, sea una elección segura en caso de ocurra un evento de este tipo.
Nueva Zelanda también ha sido uno de los países menos afectados por el COVID-19, con menos de 1.500 casos y solo 21 decesos.
Jacinta Arden y su gobierno inició amplias medidas de bloqueo incluso antes de que la pandemia hubiera realmente golpeado a su nación, y ha recibido múltiples elogios por su respuesta a la pandemia. Al igual que Estados Unidos, Nueva Zelanda está en proceso de reapertura, pero con la diferencia de que el virus ha sido casi eliminado.
El Gobierno de Arden ha aprobado leyes destinadas a desincentivar la compra por parte de extranjeros de propiedades nacionales, pero sin mucho éxito. La nueva gama de búnkeres privados de lujo están excavados profundamente bajo tierra en el campo, al punto de que incluso sería muy difícil saber qué están allí.
Los precios tienden a empezar cerca a los dos millones de dólares y pueden alcanzar los 11 millones por unidades que incluyen baños de lujo, campos de tiro y piscinas climatizadas. Todos tienen grandes reservas de agua y sistemas de filtración de aire destinados a bloquear incluso partículas radioactivas.
Thiel, de PayPal, eligió en su lugar comprar una extraña casa de 4,7 millones de dólares con una habitación de pánico segura. Así, otros ejecutivos de Silicon Vallye alquilan condominios de lujo a una fracción del precio que pagan en San Francisco, todo ello mientras teletrabajan desde su casa.