BRASILIA.— Las negociaciones en curso para abrir el mercado japonés a la carne vacuna brasileña se están enfocando en suministros provenientes de tres pequeños estados exportadores, lo que ha generado malestar en otras regiones de la industria cárnica del país sudamericano, ansiosas por acceder a los clientes japoneses, que pagan precios elevados, según múltiples fuentes.
Brasil, el mayor exportador de carne vacuna del mundo, lleva dos décadas intentando sin éxito ingresar al mercado japonés. Un acuerdo permitiría a Japón diversificar sus proveedores, actualmente dominados por Estados Unidos y Australia, en un contexto en el que los aranceles estadounidenses están reconfigurando el comercio alimentario global.
Las negociaciones cobraron impulso tras la visita de Estado del presidente Luiz Inácio Lula da Silva a Japón en marzo, uno de los mayores importadores mundiales de carne vacuna.
Sin embargo, el enfoque actual de las conversaciones —centrado en estados que representan menos del 4% del volumen exportado por Brasil— preocupa a los frigoríficos de las principales regiones productoras como São Paulo, Mato Grosso, Mato Grosso do Sul y Pará, que el año pasado concentraron casi el 60% de las exportaciones totales brasileñas, equivalentes a 1,72 millones de toneladas métricas.
Un memorando del gobierno brasileño, emitido tras una visita técnica de funcionarios japoneses en junio, indicó que Brasil respondió “un cuestionario para la importación de carne vacuna del sur de la República Federativa de Brasil”, mencionando a los estados de Rio Grande do Sul, Paraná y Santa Catarina.
Estos tres estados fueron declarados libres de fiebre aftosa —una enfermedad viral altamente contagiosa del ganado— antes que el resto del país, aunque Brasil obtuvo en mayo el estatus nacional de libre de la enfermedad sin vacunación por parte de la Organización Mundial de Sanidad Animal. Según el gobierno, el último brote en Brasil fue en 2006.
El Ministerio de Agricultura brasileño no hizo comentarios inmediatos sobre las negociaciones con Japón. Una fuente gubernamental local, que pidió anonimato, confirmó que las conversaciones se están llevando a cabo por regiones y aseguró que, en principio, Brasil no tiene planes de negociar permisos más allá de esos tres estados.
Representantes del sector cárnico, incluidos exportadores, expresaron a Reuters su esperanza de que se incorporen más estados. “Sabemos que las negociaciones son difíciles”, dijo Paulo Mustefaga, titular del grupo de lobby cárnico Abrafrigo, que representa a Marfrig y a exportadores más pequeños. “Lo que nos sorprende es que esto esté avanzando hacia una aprobación limitada solo a tres estados”.
El Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca de Japón afirmó estar al tanto del estatus sanitario de Brasil y señaló que está “realizando una evaluación de riesgo conforme a los procedimientos japoneses” antes de emitir permisos de exportación a los frigoríficos brasileños, sin dar más detalles.

