WASHINGTON.- El puesto de presidente de la Cámara de Representantes del Congreso es el tercero más importante del país, después del presidente y vicepresidente. Pelosi, de 78 años, ya lo ocupó anteriormente entre 2007 y 2011.
En ese entonces Pelosi hizo historia convirtiéndose en la primera mujer en esa posición, complicando la gestión del presidente George W. Bush en los últimos años de su mandato. Ahora será Trump quien se enfrente a la demócrata.
Su primera función será lanzarse a resolver la parálisis presupuestaria que tiene parcialmente cerrado el gobierno de Estados Unidos desde el 22 de diciembre por exigencia de Trump de construir un muro en la frontera con México.
Los líderes demócratas fueron a la Casa Blanca el miércoles para negociar un acuerdo, sin lograr ninguno.
Por otra parte, Pelosi ocupa un lugar incuestionable entre los políticos de su generación. Durante la gestión de Barack Obama logró conducir la reforma de salud por la Cámara en su difícil tránsito hacia su histórica aprobación en 2010.
Pese a las críticas de quienes denuncian la arrogancia de Pelosi y la describen como una integrante de la élite progresista desconectada de los problemas de la clase media, al cabo de dos años nadie niega sus destrezas de hábil estratega.
Además, Pelosi tendrá la llave para algo aún más importante: el visto bueno para una investigación en el Congreso sobre las acusaciones de la colusión entre Trump y Rusia en las elecciones de 2016.