ÁFRICA.- Las agencias adscriptas a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que trabajan en la región norte del Sahel, advirtieron esta semana sobre una severa emergencia humanitaria en la zona, que requiere ayuda inmediata para evitar que la crisis se agudice.
La nueva ola de violencia en el Sahel, en especial en Malí, Burkina Faso y el oeste de Niger, así como en la cuenca del lago Chad, está alcanzando niveles inusitados de desplazamiento de poblaciones, alertó el organismo internacional.
Grupos terroristas locales, aliados del Al Qaeda y al Estado Islámico que operan en la zona, han afectado los medios de vida de la población agravando problemas de inseguridad alimentaria, desnutrición y epidemias.
Chris Nikoi, director regional del Programa Mundial de Alimentos (PMA), señaló que la violencia de las bandas extremistas está “teniendo un impacto dramático, en una de las regiones más vulnerables del mundo”. Además, el funcionario reclamó´”una ayuda rápida y sostenida para salvar vidas y evitar que la crisis se agudice”.
Asimismo, Sofie Garde Thomle, jefa regional de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, reconoció que “nunca había visto los niveles de violencia” que están sucediendo hoy en día. “El desplazamiento se está produciendo tan rápido que nos asusta”, advirtió.
El Sahel es una zona geográfica de más de 5.300 kilómetros de ancho que se extiende por el norte de África desde el océano Atlántico hasta el Mar Rojo. Además de sufrir un creciente fenómeno de desertificación con graves consecuencias para la agricultura y la ganadería, el conflicto armado en la región agrava la situación, pese a la intervención militar de Estados Unidos que opera través de la Iniciativa Transahariana de Lucha contra el Terrorismo.