VARSOVIA.— Polonia recibió 106.000 refugiados procedentes de Ucrania en las últimas 24 horas, la más alta cifra desde que comenzó la invasión de ese país por parte de Rusia, según notificó este sábado la autoridad polaca.
Hasta el viernes, al país habían llegado unos 650.000 desplazados por la violencia, lo que convierte a Polonia en la nación que más acogida da a los refugiados de la más reciente guerra en Europa.
Según cifras de las Naciones Unidas, se estima que de Ucrania han salido en los últimos diez días 1,2 millones de personas, de los cuales 78.000 serían no ucranianos, principalmente estudiantes o trabajadores residentes en el país repartidos entre 138 nacionalidades.
El principal responsable de la Agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR, estimaba hace unos pocos días que la invasión de Ucrania podía provocar unos cuatro millones de desplazados, cifra que ayer escaló a diez millones, lo que supone casi un 25 por ciento de la población de Ucrania.
En Polonia, ya vivían 1,5 millones de ucranianos antes de la ofensiva rusa, la gente se organiza en las redes sociales para hacer colectas de dinero y medicamentos. También ofrecen viviendas, comida, trabajo o transportes gratuitos a los refugiados.
😞 #Refugiados esperan horas bajo condiciones inhumanas para huir de la guerra #UkraineRussiaWar pic.twitter.com/4ViwDhXUhC
— Último Cable (@ultimocable) March 5, 2022
Polonia ha sido cuestionada por su doble rasero a la hora de recibir refugiados que huyen otros conflictos. Solo en enero de este año, el país comenzó la construcción de un muro fronterizo con Bielorrusia para controlar la migración ilegal.
La decisión se tomó en noviembre de 2021, en el peor momento de la obra migratoria que, según Polonia, impulsó a decenas de miles de personas a intentar entrar a su territorio desde Bielorrusia. Varsovia calificó la situación de guerra “híbrida” y decidió cerrar sus fronteras y estacionar en ellas 15.000 efectivos de la policía militar.-
Además, endureció sus leyes de extranjera para permitir “expulsiones en caliente” y denegar peticiones de asilo en la mayoría de los casos, alegando que “no hay lugar” en Polonia para más refugiados. Algo que evidentemente parece haber cambiado.