ESTOCOLMO.— Suecia, uno de los principales aportantes mundiales al desarrollo, decidió recortar sus créditos, tal como se puede observar en el proyecto de presupuesto presentado este martes por el nuevo gobierno conservador.
Para el 2023, el ejecutivo del primer ministro Ulf Kristersson planea reducir la ayuda internacional en 7.300 millones de coronas suecas (aproximadamente US$ 670 millones de dólares) en 2023, y en 2.200 millones adicionales en 2024, según su presentación presupuestaria.
Al reducir la ayuda en aproximadamente 15% con relación con lo previsto, el país también abandonará su objetivo de dedicarle 1% de su renta nacional bruta. Los créditos destinados a la ayuda a los refugiados, con un límite máximo del 8% del importe total, se reducirán.
Según el sitio especializado Donor Tracker, el año pasado Suecia fue el octavo contribuyente mundial a la ayuda internacional en valor absoluto, y el tercero en cuanto a su economía, con 0,92% de su PIB, detrás de Luxemburgo y Noruega.
La reducción de la ayuda internacional se incluyó en el programa del nuevo gobierno de derecha, que se apoya por primera vez en la extrema derecha antiinmigración de los demócratas suecos (SD) en el Parlamento.
Desde 1975, Suecia supera la recomendación de las Naciones Unidas de dedicar al menos 0,7% de la riqueza nacional a la ayuda para el desarrollo.