TAIPÉI.— El presidente taiwanés, William Lai, instó este viernes a rechazar «la anexión, la agresión, la unificación forzada y la fórmula de ‘un país, dos sistemas'» planteada por China, después de que Pekín haya intensificado en los últimos días sus reclamos de soberanía sobre la isla.
«Reforzamos nuestra defensa nacional para proteger nuestra patria y mantener la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán. Solo la fuerza puede traer una verdadera paz. Un acuerdo de paz no la traerá, y aceptar las exigencias de los agresores o renunciar a la soberanía tampoco lo hará», manifestó el mandatario desde una base militar en Hukou, al norte de Taiwán.
Durante la ceremonia de incorporación de los nuevos tanques M1A2T estadounidenses al Ejército, Lai llamó a las tropas a «mantenerse firmes y sin arrogancia» para «conservar el statu quo» en el Estrecho, y subrayó que defender la soberanía y el «modo de vida libre y democrático» del pueblo taiwanés «no debe considerarse una provocación».
«Sostenemos que la República de China (nombre oficial de Taiwán) y la República Popular China no están subordinadas entre sí, que la soberanía de Taiwán es inviolable y que el futuro de la República de China solo puede ser decidido por sus 23 millones de ciudadanos», subrayó el mandatario, en línea con la postura que viene sosteniendo el Gobierno taiwanés en los últimos años.
Estas declaraciones se produjeron pocos días después de que medios estatales chinos difundieran una serie de artículos en los que se exaltan los supuestos beneficios de la «reunificación» entre la isla y el continente, un proceso que, según Pekín, se llevaría a cabo bajo el modelo de ‘un país, dos sistemas’, actualmente vigente en las regiones semiautónomas de Hong Kong y Macao.
Según uno de los textos, bajo los acuerdos de «reunificación pacífica», y siempre que se garanticen la soberanía, la seguridad y los intereses de desarrollo de China, se respetarían «el sistema social existente y el modo de vida de Taiwán», y la isla gozaría de un «alto grado de autonomía».
Sin embargo, el portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán del Consejo de Estado (Ejecutivo chino) Peng Qing’en rompió con el tono conciliador de dichos artículos esta semana, al advertir de que Pekín «nunca» renunciará al uso de la fuerza para hacerse con el control de la isla.
«Estamos dispuestos a crear un amplio espacio para la reunificación pacífica (…), pero nunca nos comprometeremos a renunciar al uso de la fuerza», subrayó este miércoles el vocero, quien insistió en que la fórmula de ‘un país, dos sistemas’ sigue siendo «la mejor vía para resolver la cuestión de Taiwán».
