KABUL.— Más de 600 personas murieron y más de 1.500 resultaron heridas en uno de los peores terremotos de Afganistán, informaron las autoridades este lunes, mientras helicópteros trasladaban a los heridos a hospitales tras ser rescatados de entre los escombros, donde aún se busca sobrevivientes.
La catástrofe agrava la presión sobre los ya limitados recursos del país asiático, que enfrenta múltiples crisis humanitarias: desde la fuerte caída de la ayuda internacional hasta la expulsión masiva de sus ciudadanos desde países vecinos.
“Todos nuestros equipos han sido movilizados para acelerar la asistencia, de modo que pueda brindarse un apoyo integral y completo”, declaró a Reuters el vocero del ministerio, Abdul Maten Qanee, señalando que los esfuerzos abarcan desde seguridad hasta alimentos y salud.
En Kabul, la capital, las autoridades sanitarias señalaron que los rescatistas corrían contrarreloj para llegar a aldeas remotas de una zona con un largo historial de terremotos e inundaciones.
El sismo fue el más mortífero en Afganistán desde junio de 2022, cuando un movimiento de magnitud 6,1 dejó al menos 1.000 víctimas fatales.
Imágenes de Reuters Television mostraron helicópteros evacuando a los afectados, mientras residentes ayudaban a soldados y médicos a trasladar heridos a ambulancias. Según las autoridades, el terremoto arrasó tres aldeas en Kunar y causó graves daños en muchas más. Al menos 610 personas murieron en Kunar y 12 en Nangarhar.
Los rescatistas buscaban sobrevivientes en la zona fronteriza con la región paquistaní de Khyber Pakhtunkhwa, donde las viviendas de barro y piedra fueron reducidas a escombros por el sismo, que ocurrió a una profundidad de 10 km (6 millas).
El Ministerio de Defensa informó que equipos militares de rescate se desplegaron en ambas provincias y que 40 vuelos trasladaron a 420 heridos y fallecidos.
“Hasta el momento, ningún gobierno extranjero se ha acercado para ofrecer apoyo en tareas de rescate o asistencia”, indicó un portavoz de la cancillería.
Afganistán es particularmente vulnerable a terremotos mortales, sobre todo en la cordillera del Hindu Kush, donde convergen las placas tectónicas india y euroasiática. Una serie de sismos en el oeste del país el año pasado dejó más de 1.000 muertos, subrayando la fragilidad de una de las naciones más pobres del mundo ante desastres naturales.