TEXAS.— La tragedia causada por las históricas inundaciones en Texas no cesa. Hasta este domingo 6 de julio de 2025, la cifra oficial de víctimas fatales ascendió a 68, según confirmaron las autoridades del condado de Kerr, una de las zonas más afectadas por el desborde de ríos en el sur de Estados Unidos. La emergencia se agrava con la persistencia de lluvias torrenciales y decenas de personas aún desaparecidas.
El vicegobernador Dan Patrick había anticipado en una entrevista con Fox News que el número de fallecidos, que en ese momento era de 59, “lamentablemente seguiría aumentando”. Horas después, el sheriff del condado de Kerr, Larry Leitha Jr., confirmó la cifra actualizada de muertos e informó que los esfuerzos de rescate continúan sin descanso.
Entre los desaparecidos se encuentran 27 niñas pertenecientes a un grupo cristiano que acampaba a orillas del río Guadalupe, una zona arrasada por la crecida. “No pararemos hasta encontrar a cada una de las personas desaparecidas”, aseguró el sheriff Leitha Jr. “Esta comunidad está de luto, pero no perderá la esperanza ni la unidad”, agregó.
El gobernador Greg Abbott recorrió el campamento Mystic, donde más de 750 niñas fueron sorprendidas por la súbita crecida del río. Visiblemente conmovido, describió la escena como “una devastación sin precedentes” y afirmó que “el agua alcanzó la parte superior de las cabañas”. Abbott solicitó al presidente Donald Trump la firma de una declaración de desastre y decretó el domingo como “día estatal de oración” en memoria de las víctimas.
Desde el Vaticano, el papa León XIV envió sus condolencias a los familiares de los fallecidos y rezó por ellos durante el ángelus dominical: “Oramos por ellos y por todos los afectados por esta catástrofe”.
Mientras tanto, el Servicio Meteorológico Nacional (NWS) emitió una nueva alerta por lluvias intensas en las regiones más afectadas, donde el suelo ya no absorbe más agua. Se prevé la caída de entre 50 y 100 milímetros adicionales, con algunas zonas que podrían registrar hasta 250 milímetros. “Es extremadamente difícil predecir con precisión dónde se concentrarán las precipitaciones más fuertes”, advirtió el NWS.
La situación sigue siendo crítica y las autoridades temen que el número de víctimas continúe aumentando. La prioridad ahora es encontrar a los desaparecidos y atender a los miles de damnificados que enfrentan esta catástrofe sin precedentes en el estado.