WASHINGTON.- Donald Trump abrió la hipótesis de testificar en la investigación de juicio político, mientras su defensa continúa derrumbándose con cada testimonio de funcionarios cercanos a él, incluso desató su ira contra el secretario de Estado, Mike Pompeo, uno de sus más estrechos aliados.
Trump acusó a Pompeo de no haber hecho lo suficiente para impedir las declaraciones de altos diplomáticos que han nublado la defensa presidencial en el Ucrania Gate.
“Nuestra loca presidenta de la Cámara, la nerviosa Nancy Pelosi, que está petrificada por su izquierda radical…sugirió el domingo que yo testifique en la caza de brujas por falsa acusación. Ella dijo que yo también podía hacerlo por escrito”, aseguró Trump en su cuenta de Twitter.
“A pesar de que no hice nada mal, y que no me gusta dar credibilidad a esta farsa sin garantías, me gusta la idea y para conseguir que el Congreso se pueda concentrar de nuevo, la consideraré seriamente”, agregó.
Es difícil evaluar las verdaderas intenciones del multimillonario. Sin embargo, un interrogatorio sería un verdadero espectáculo pero se arriesgaría a mucho. En primer lugar, daría legitimidad a una investigación que siempre tildó de ilegal, prohibiendo a funcionarios de alto rango de su administración cooperar en la misma.
En segundo lugar, el mandatario está acostumbrado a salirse del guión, podría caer involuntariamente en admisiones o contradicciones que agravaría, aún más, su posición.
Por esto, sus abogados le habían aconsejado evitar ser interrogado por el fiscal Robert Muller en su investigación sobre la trama con Rusia, haciéndolo en cambio con respuestas por escrito. También podría ser la opción aquí, pero no exento de correr peligro.
El presidente continúa sosteniendo que en su llamado del pasado 25 de julio, en el centro de la investigación del impeachment, no ejerció ninguna presión sobre su par ucraniano, Volodymyr Zelenski, para hacer investigar al hijo de Joe Biden, Hunter.
Sin embargo, trascendió en los medios que la embajada de Estados Unidos fue informada ya el 7 de mayo pasado de un encuentro en el que un preocupado Zelenski pidió consejo sobre cómo pilotear las presiones de Trump y de sus colaboradores.
Revelación que confirma las versiones de los textos escuchados hasta ahora, a los que esta semana se sumarían otros ocho: el más esperado, mañana miércoles, testificará el embajador de Estados Unidos en la Unión Europea, Gordon Sondland, corredor de las transmisión de presiones a Kiev.
Con la investigación los demócratas esperan poder demostrar que el presidente Trump abusó de su poder como presidente para obtener beneficios personales, en este caso deslegitimar a su posible rival para las elecciones 2020.
